Será interesante para ustedes saber que tengo cuatro nietos que son atendidos en dos ambulatorios de Mataró, y por lo tanto, tengo la oportunidad de compararlos, aunque solo en relación con la atención pediátrica. Los hijos de mi hija menor tienen dos gemelos de 19 meses asignados al pediatra y la enfermera en el ambulatorio de Gatassa; y los hijos de la otra, la mayor, tienen un niño y una niña, también gemelos pero de casi cuatro años, en el de la Riera.
Los cuatro están sanos y fuertes, y apenas han tenido enfermedades más allá de los habituales resfriados, tos, fiebre de vez en cuando, etc. Dado que soy el abuelo de los cuatro, y ahora estoy jubilado, y porque los padres trabajan y pasan muchas horas fuera de casa, con mucha frecuencia y con mucho gusto los cuidamos, mi esposa y yo, que a su vez es una compañera y una abuela maravillosa. Sin embargo, ella no quiere que escriba esta carta porque, dice, no es necesario criticar lo que ya está más o menos bien. Estoy de acuerdo en que ambos ambulatorios están bien, aceptablemente, pero aún así quiero hacerles una crítica, una crítica constructiva que busca mejorar un servicio. Debemos recordar que tienen la obligación de brindarnos el servicio, es ley. Y, en consecuencia, son servidores de la comunidad, es decir, de nosotros.
Ambos ambulatorios están bastante cerca uno del otro. Voy a menudo, generalmente solo, para llevar a uno o dos de los gemelos, ya sea por enfermedad, revisión o vacunas. Es por eso que digo que conozco la atención pediátrica de los dos centros. En general, estamos satisfechos, aunque deben mejorar la atención telefónica y la atención de algunos administrativos. La atención pediátrica y de la enfermera son bastante buenas, y les estamos agradecidos, y estoy seguro de que la buena salud de los cuatro gemelos se debe en parte al buen trabajo que realizan.
Entrada del CABO Gatassa. Foto: R.Gallofré
Entonces, ¿cuál es el problema? Está en las sustituciones. Según pude observar en varias ocasiones, cuando hay alguien ausente (por vacaciones o por cualquier motivo, todos son motivos comprensibles), ya sea el pediatra o la enfermera, en el ambulatorio de Riera siempre tienen, o casi siempre, un profesional sustituto, y así la ausencia queda cubierta y el niño recibe la atención o la vacuna que necesita. En el ambulatorio de Gatassa, en cambio, nunca he visto ningún sustituto, y cuando falta el pediatra nos dicen que la agenda está cerrada y que hay que ir al hospital o volver otro día.
Hay, por lo tanto, una diferencia importante en cuanto a la política de personal de pediatría: aquí hay sustituto y ayuda suficiente, pero allí no hay, y hay que retrasar la vacuna o llevar al niño con fiebre al hospital, donde siempre hay que esperar algunas horas asumiendo el riesgo de contraer otro virus en la sala de espera.
Podemos pensar que en un ambulatorio tienen personal de reserva, pero que en el otro no. Podría ser, pero no me parece, porque ambos ambulatorios son de la sanidad pública (del Instituto Catalán de la Salud), es decir, dependen de una misma política de personal. No queda más remedio que pensar que en un ambulatorio son, en este sentido, más responsables o respetuosos con la pediatría que en el otro.
El CABO Ronda Delgado de Mataró, gestionado por la ICS. Fotos: R. Gallofré
Sería bueno que ambos ambulatorios tuvieran un mismo criterio, el de sustituir siempre a quien falte. O que un ambulatorio ayude al otro, durante las mañanas o las tardes en las que no haya pediatra o enfermera de pediatría.
Es por eso que estaré allí, en primera fila, en la manifestación del 14 de diciembre (18 horas, Ayuntamiento de Mataró), para reclamar mejoras en la sanidad pública, es evidente que puede mejorar con los mismos recursos. La pagamos entre todos, en la pública, y entre todos le pagamos el sueldo también a quienes no son competentes, quizás porque saben que no tienen que dar la cara.
Saludos y gracias por escucharnos.
Umbert Vilaferrans