No es nada habitual organizar un acto público para firmar –con pompa y circunstancia- un documento que simplemente hace patente que se han abierto negociaciones entre dos bandas. Pero las partes implicadas han entendido que la ocasión, por su significación histórica y por el que puede suponer para el futuro de la ciudad, así lo merecía. El Centro Católico y la Unión de Cooperadores han puesto de manifiesto este lunes su voluntad de llegar a un acuerdo y desencallar el futuro del Café Nuevo y su Patio. Si las conversas acaban llegando a buen puerto, se solucionará un litigio que se remonta a hace 34 años y se habrá dado un paso de gigante para proceder a la reordenación urbanística del tramo norte de La Riera que lo tiene que convertir en un polo cultural.
El presidente del Centro Católico, Antoni Blanch, y la presidenta de Unión de Cooperadores, han firmado el documento de voluntades este lunes, bajo la mirada del alcalde Joan Antoni Baron y de la regidora de Servicios Centrales Montse López, presidenta de la Fundación integrada por Ayuntamiento y Cooperadores y que está tutelando las conversaciones. Tambiénhan sido presentes los miembros de las juntas de las dos entidades. El Café Nuevo y su Patio estaban gestionados por la Unión de Cooperadores, como pieza clave de su patrimonio histórico. Pero en realidad su propiedad legal es del Patronato de la Sagrada Familia, vinculado en el Centro Católico, a pesar de que este último nunca ha hecho uso del edificio ni del patio adyacente. Especialmente durante la década de los 80 fueron un destacado núcleo cultural en la ciudad, pero ya hace años el Café Nuevo y el Patio no acogen ninguna actividad debido a la degradación que sufren. Desde la llegada de la democracia, Centro Católico y Cooperadores han mantenido una disputa totalmente enquistada sobre el futuro de este espacio. Los primeros siempre lo han visto como una pieza clave para desencallar su soñado proyecto de ampliación de la entidad –sus instalaciones a La Riera han quedado pequeñas y envejecidas para acoger Sala Cabañas, la escuela Balmes y la Unión Deportiva, además de su millar de socios-, y los según quieren recuperar su espacio emblemático.
"No tenía demasiado sentido que la cosa siguiera así", ha resumido Antoni Blanch. Hace muy poco tiempo parecía imposible que Centro Católico y Unión de Cooperadores se sentaran a la misma mesa. Pero según han explicado hoy, ya traen meses de conversaciones. La renovación de las juntas de las dos entidades –con entrada de sangre nueva sin el peso de la historia a sus hombros- y la constitución definitiva de la Fundación Unión de Cooperadores, han sido los dos elementos clave. Mientras Blanch afirmaba que "hay que recuperar el Café Nuevo para la ciudad", Anna Huertos reclamaba "dar un paso adelante y superar el pasado sin olvidar la historia". El alcalde se ha sumado en las declaraciones de intenciones agradeciendo la "generosidad y responsabilidad" de las dos entidades en el compromiso de diálogo adquirido y en su capacidad para "trabajar en clave de ciudad". Baron ha recordado, además, que "todo consenso comporta concesiones".
Proyectos para definir
En cualquier caso, el que se ha firmado este lunes es un simple documento de intenciones para formalizar las negociaciones, pero el futuro del Café Nuevo y el proyecto urbanístico que lo rodea todavía está totalmente para definir. El edificio podría convertirse en un recinto para actas culturales de medio y gran formato y también para pequeñas representaciones, según ha avanzado Blanch. Y a la vez tiene que ser el desllorigador de la renovación del tramo de la Riera entre las calles Massevà y Onofre Arnau. "Queremos desarrollar este sector para dar salida a las inquietudes de las dos entidades", ha dicho Baron, en el marco de "el eje Riera", que tiene que estar "muy vinculado a la cultura". El proyecto pasa por la remodelación del Café Nuevo, la construcción de un nuevo teatro para Sala Cabañas y la reubicación de la pista deportiva de La Jaula y la escuela Balmes. El alcalde ha reconocido, aun así, que la situación económica municipal, de las entidades y de la iniciativa privada no es la mejor para encarar un proyecto tan ambicioso como este.

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