Cómo afrontamos en pleno Nadal una situación de luto de divorcio reciente? Cómo evitamos que el panorama político actual exalte los ánimos en exceso a mesa? Cómo podemos esquivar la discusión de cada año con el cuñado de turno?
La comida de Navidad a casa los padres. O la noche previa, con los suegros. Los canelons de Santo Esteve a can la tieta, donde nofalta ningún cuñado, primo ni sobrino. Las citas familiares navideñas, absolutamente ineludibles, pueden ser todo un goce o bien una tortura, dependiendo del caso. El rescoldo del reencuentro familiar, en especial por aquellos que viven lejos y vuelven a casa, puede ser uno de los momentos más esperados y reconfortantes del año. Pero cuando en el seno de la familia hay una situación compleja o de conflicto, los encuentros navideños son una fuente de dolores de cabeza y problemas, algo que trae mucha gente a desear que pasen el más bien posible. Como afrontar la Navidad cuando la familia está en luto por la muerte de uno de sus miembros? Como actuar cuando ha habido, por ejemplo, un divorcio reciente y todos los esquemas previos sevan a pique? Qué consejos hay que seguir para evitar, un año más, la discusión que acaba a gritos con aquel familiar que no soportamos? Y con el clima político que vive el país, como resolver la típica conversación de sobremesa sin acabar diciéndonos de todo? Hablamos con diferentes psicólogos y coaches con consulta en Mataró, que nos marcan el rumbo a seguir porque las comidas y cenas sean, dentro de lo posible, una balsa de aceite.
Evitar las discusiones familiares
El objetivo tiene que ser compartir un rato distendido, divertida y agradable con la familia. "Tenemos que intentar que no aparezcan aspectos que puedan perturbar o desviarnos de este objetivo", explica Irene Safer, especialista mataronina en coaching personal. La idea general es clara: huir de los elementos que nos puedan generar conflictos, enfocando la conversación hacia los temas que ayuden a crear una buena atmósfera. "Y si se enciende la discusión, hay que expresar claramente que aquel no es ni el momento ni el espacio idóneo para resolver el conflicto", añade.
"Si se enciende la discusión, hay que expresar claramente que aquel no es ni el momento ni el espacio idóneo para resolver el conflicto"
Para Mercedes Ullod, psicóloga integral y neuropsicopedagoga de Mataró, la clave está al "planificar" cuanto sea posible: desde donde y que comemos hasta el lado de quien nos sentamos, separando los dos miembros de la familia que siempre discuten. Pero también es una cuestión de actitud. "Hay que ser flexible y tratar los temas con cordialidad, evitando aquellos que sabemos que nos traerán a discusión". "Tenemos que tener en cuenta qué y cómo comunicamos, yendo con cuidado con el tono de voz y las palabras utilizadas", añade, y también reclama tener en cuenta algo muy básico pero importando para conseguir todo ello: "vigiláis con la bebida". Seamos, antes que nada, prácticos. Apostamos para conversar con quien más nos avengamos, sobre temas distendidos que den pie a conversaciones agradables y entretenidas. Y si detectamos una escalada en la discusión, hay que "mantener la calma si el otro se pone nervioso, decir con un tono suave que no nos sentimos cómodas y escoger otro tema de conversación", relata Ullod.
Afrontar una situación de luto
La Navidad es, sobre todo, un momento de recuerdos, de una cierta nostalgia de la niñez, de momentos vividos con la familia, algo que se hace mucho llevar cuando se ha sufrido una pérdida, y encontramos tanto a faltar aquel familiar que siempreestaba. Como afrontar una situación de luto en una reunión familiar navideña? "Hay que aceptar el que sientes y entender que pueden surgir emociones de tristeza, pena, rabia..." apunta Ullod, "pero a la vez intentar mantenerte en el momento presente, disfrutar del que tienes y de los queestán". Es importante, para la psicóloga, que "no nos obligamos a vivir las fiestas de una forma que no sentimos". No nos tenemos que privar de disfrutarlas , en definitiva, por miedo que esto denote que no pensamos bastante en los que ya noestán.
"Una opción es construir un nuevo Nadal, manteniendo el que os ayude en este proceso, eliminando aquello que no lo haga"
"Para quien ha sufrido una pérdida reciente la Navidad es muy difícil, es época de nostalgia, sufrimiento e incomprensión", considera Safer. La coach mataronina apunta que una reacción "muy natural y humana" para las personas que están en luto es "suprimir la Navidad". Pero huir de la situación no resuelve el dolor emocional. "Lo podemos posponer para nunca evitarlo, pero siempre acabará emergiendo y con el tiempo crece". La solución, alerta, tampoco puede ser vivir el dolor en soledat. "Sufrir en silencio eleva el aislamiento, la irritabilidad y la ansiedad". Entonces, qué hagamos? "Una opción es construir un nuevo Nadal, manteniendo el que os ayude en este proceso, eliminando aquello que no lo haga y creando nuevas formas de vivir estas fiestas". Un planteamiento donde la familia, afirma Safer, tiene que cumplir tres normas: "Nadie interrumpe cuando uno habla, hay permiso para expresar sentimientos y todo el mundo tiene que tener su momento, niños y niñas incluidos". Las lágrimas de emoción ante la pérdida de un ser querido son "la manifestación más natural del amor" que tenemos los seres humanos, y no podemos avergonzarnos. Otro consejo que da la mataronina es "buscar una manera simbólica de recordar a la persona durante las fiestas"; un momento donde pararse, conversar sobre cómo nos habría gustado que ella fuera con nosotros, y celebrar y honrarlo.
Una Navidad con un divorcio reciente
Después de muchos años acudiendo a las comidas y cenas con la pareja "de toda la vida", por Nadal este añotienes que ir solo o suela. Un divorcio que a la mesa será tan visible por la ausencia del otro que, tarde o temprano, se acabará verbalitzant en forma de pregunta más o menos insidiosa. "El hecho de ser familiares de la persona que vive esta situación no nos da ningún derecho a invadir la intimidad del otro, hay que respetar su espacio y su decisión de hablar del tema o de no hacerlo", recuerda Safer. Hace falta, dicho de otro modo, encontrar un equilibrio. "Tenemos que mostrar nuestro interés hacia él, hacia el que está viviendo, incluso ofrecerle un momento y espacio íntimo en el que poder expresarse, pero nunca ante toda la familia, sino en la intimidad, a solas". En el supuesto de que el tema acabe saliente, Mercedes Ullod afirma que el afectado tiene que pedir claramente "que los familiares no tomen partido". "Es importante por parte de todo el mundo que no se busque un culpable, entender que si una relación no ha funcionado es por responsabilidad de los dos miembros de la pareja, que es una decisión tomada conjuntamente y que se tiene que respetar, aunque cueste de entender", añade.
"Ser familiares de la persona que vive esta situación no nos da ningún derecho a invadir su intimidad"
Y cuando no sólo es una cuestión de pareja, sino que hay hijos por el medio? Para los más pequeños la situación es especialmente compleja, y por Nadal puede explotar si no se va en cuenta. "Si bien hay emociones hacia la exparella que pueden llegar a ser muy intensas y negativas, hace falta que el conflicto conyugal en ningún caso no se convierta en un conflicto parental", afirma Safer. La coach alerta que el rol de marido y esposa se tiene que separar del rol de padre o madre. Los hijos tienen que ver que sus padres "se siguen respetando mutuamente". En ningún caso, por lo tanto, podemos utilizar una cita familiar como la de las fiestas navideñas, con los hijos delante, para desfogarnos y cargar contra el exparella, descalificándola. "Tenemos que facilitar a los niños que pasen este primero Nadal lo mejor posible, tomando conciencia del que es mejor para ellos, y así de paso los damos también una lección de vida", remata Safer.
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