Josep Puig Pla

Josep Puig-Pla

Escritor

Crónica de un Pleno de estreno y repetición

Endomingados; serios, emocionados o tranquilos entran al Salón de Sesiones. Regidoras (son una más) y regidores acabados de proclamar. Nuevos y antiguos, más nuevos que viejos, quince sobre doce. De los antiguos la mayoría sólo traen un mandato, con la excepción de Francesc Teixidó e Isabel Martínez, los más veteranos. Es el día del estreno, del debut a la pista. Hay que empezar bien y la gran mayoría lo hacen vestidos con corrección y una elegancia contenida, con algunos toques amarillos de protesta. En este plenario quedan fuera las camisetas o bien restan bajo un americana de ceremonia. El mal gusto no tiene porque ser de izquierdas.

En la sala, escenografía reglamentaria y plenamente constitucional, cuatro banderas y dos retratos. Abre el acto el secretario municipal. Ya se sabe: el funcionario permanece, los políticos cambian. Con ademán de liturgia grave proclama los resultados. La regidora más grande y el más joven forman la mesa de edad. Novedad: además de la presidenta, el vocal joven también hablará, cuando la norma dice que sólo lo hace quién preside.

Los electos son llamados uno a uno para prometer o jurar el cargo (pocos juran) y ya tenemos dos bloques. Los que usan la fórmula obligada y única válida, y los que añaden expresiones de cosecha o reivindicaciones propias. Los que lo siguen por pantalla (los asistentes abajo, en la sala de prensa o desde casa por los medios) no sienten bien las palabras pronunciadas, pero a la sala la cabe de lista de Ciutadans se siendo impulsada a protestar. Segunda nota de este Pleno.

Abre el acto el secretario municipal. Ya se sabe: el funcionario permanece, los políticos cambian

Sergi Morales es el único interviniente que en su turno se dirige a los "regidores y regidoras". Nadie más no lo hace. No es un detalle protocolario tan sólo. Al presentar o apoyar a un candidato a alcalde se pide el voto de los ediles. Es a ellos y ellas a quien hay que dirigirse en primer lugar y –si se quiere- después al público. Xesco Gomar (PSC) presenta la candidatura de David Boto, agradeciendo el trabajo de los cuatro alcaldes y de los regidores anteriores. Dice una de las frases del día cuando espeta que su grupo es "la fracción mataronina de la socialdemocràcia mundial".

Se abre el turno de intervenciones. Teixidó (ERC) empieza reprochando hechos del anterior mandato, actitud que sorprende porque ahora no toca. dedica un tercio de su tiempo. Suena a no haber encajado bien los resultados y, quizás me equivoco, a un mal perder. Sergi Morales (ECP), habiendo firmado ya el Pacto de Gobierno, expresa su apoyo a la propuesta del PSC. Se presenta como vecino de Cereza y reivindica el legado de los regidores de los PSUC y de Iniciativa. Sus seguidores, contentos y revividos, después de ocho años a la oposición.

Alfons Canela (JxMat), en una intervención ajustada al tiempo y lugar, habla de hacer política. Señala que hay que tener en cuenta "las nuevas sensibilidades sociales". Se marca unos objetivos y anuncia una oposición responsable y de mano extendida. Cristina Sancho (C's) empieza con política general y afirmando que -gracias a ellos- se ha impedido una mayoría independentista. Define su proyecto de progresista, a partir del cual se opondrán a las políticas "reaccionarias" (sic) del Comunes, puesto que segundo ella el PSC una vez más se ha equivocado de socio.

Al final, el reelegido Bote se emociona, el Consistorio se pone de pie. Casi todos los electos aplauden, el público asistente también. Abrazos, besos, felicitaciones entre familiares y amigos. Todos juntos, los más endomingados y los que no, van abandonando la sala. No se ha acabado nada. Ahora empieza todo. Cuatro años por delante.

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