La tensión vivida en el barrio de los Molinos por la ocupación de una antigua sede bancaria abandonada a cargo de jóvenes de perfil conflictivo y por la manera como se ha acabado resolviendo el caso (manifestación no autorizada, intervención policial y tapiat del inmueble por parte del Ayuntamiento) ha puesto sobre la mesa la problemática que vive Mataró vinculada a las ocupaciones ilegales de viviendas e inmuebles vacíos. Varias plataformas y organizaciones vecinales denuncian que hay otros muchos casos en la ciudad similares a los que se han vivido en la calle Nicolau Guanyabens, y los partidos con representación al Pleno han mostrado su preocupación por este fenómeno y reclaman actuaciones urgentes. Desde el Ayuntamiento se asegura que están haciendo un seguimiento a cada caso, y que estos no han aumentado en los últimos meses pero sí se han hecho más notorios debido al confinamiento.
Durante noche de jueves a viernes operarios de la brigada municipal van tapiar el local de la calle Guanyabens dónde, hasta aquel mismo día, residían ilegalmente un grupo de cinco jóvenes. El Ayuntamiento lo ha hecho de manera subsidiaria, puesto que la actuación correspondería a l'entidad financiera propietaria del local abandonado desde hace años. Según explican desde el consistorio, la actuación se ha llevado a cabo porque el inmueble no cumple con ningún requisito higiénico y urbanístico, pero es evidente que, tapiant-lo de arriba abajo, se evita que el local continúe con el largo historial de ocupaciones que ha vivido en los últimos tiempos. Y se intenta apagar el fuego encendido a los Molinos, donde cerca de 150 vecinos no dudaron a tirarse en la calle a pesar del estado de alarma para protestar contra los hechos delictivos e incívics que, según ellos, estaban protagonizando los jóvenes ocupantes del local.
El Ayuntamiento ha facilitado un nuevo alojamiento provisional a los ocupantes del local de los Molinos, todos ellos mayores de edad
Los Mossos d'Esquadra, que hicieron un amplio despliegue durante la manifestación, van mediar porque los jóvenes dejaran el local que habitaban desde hacía semanas, y evitar que los ánimos encendidos de muchos vecinos y vecinas derivaran en una situación más conflictiva. El Ayuntamiento ha facilitado un nuevo alojamiento provisional a los ocupantes, todos ellos mayores de edad, porque se los pueda realizar un seguimiento social y sanitario, según destacan fuentes municipales. Desde el mismo consistorio apuntan que hay una causa judicial abierta de desallotjamnet por parte del propietario del local de los Molinos, y también señalan que el servicio de mediación comunitaria y la Unidad de civismo y convivencia de la Policía Local habían intervenido previamente en este caso.
Local tapiat en el barrio de los Molinos
La situación que se vivía hasta ayer en el local de la calle Guanyabens acumulaba quejas vecinales por ruido y problemas de civismo y, últimamente, por posibles robos y otros hechos delictivos, según afirman desde el Ayuntamiento. Vecinos del barrio denuncian un aumento de robos a hogares y en el interior de vehículos durante las últimas semanas y señalan los ocupantes del inmueble como presuntos responsables.
Casos que se multiplican por todas partes
Los hechos vividos a los Molinos han levantado bastante polvareda. En las redes sociales muchos vecinos y organizaciones denuncian que hay otros muchos locales e inmuebles abandonados ocupados ilegalmente por personas de perfil conflictivo, repartidos por diferentes barrios de la ciudad (desde lugares tan céntricos como la calle de Cuba hasta viales de Cerdanyola como por ejemplo Jaume I o Virgen María del Córredor, o de Rocafonda, como por ejemplo Poeta Punsola o Pau Picasso). La manera drástica como se ha solucionado, para decirlo de alguna manera, el caso de la calle Guanyabens hace pensar que pueda haber reacciones vecinales similares en estos otros puntos donde se repite esta problemática.
El Ayuntamiento considera que el confinamiento ha hecho más notorios para los vecinos los problemas derivados de las ocupaciones ilegales
Fuentes municipales admiten la existencia de varios de estos casos, pero apuntan que no son ocupaciones que se hayan producido recientemente, en el marco del Estado de alarma, sino que vienen de antes. Desde el consistorio entienden, pero, que el fenómeno se ha hecho mucho más evidente para los vecinos durante estos meses de confinamiento -el hecho de tener que pasar muchas más horas al hogar agrava los problemas de civismo y convivencia con los 'okupas'- y por eso han aumentado las denuncias a las redes sociales.
La reacción de los partidos políticos
En cuanto a los partidos políticos de Mataró, desde ERC, principal fuerza a la oposición, muestran su apoyo a los vecinos afectados por los hechos vividos a los Molinos pero también señalan que "sin evadir ninguna responsabilidad, la situación es un reflejo de la vulnerabilidad, de la pobreza y la desigualdad que sufre una parte de la población. Apuntan en todo caso que "hay que garantizar la seguridad, la convivencia y la libertad". Juntos por Mataró, por su parte, afirman que incidentes como el de la calle Guanyabens "hacen patente la enorme conflictividad social y convivencial que comportan las usurpaciones de inmuebles". Para combatirla, reclaman unificar los criterios jurídicos, coordinar las fuerzas policiales, fortalecer la lucha contra las mafias de las ocupaciones y se modifique el código penal, entre otros medidas.
También se ha posicionado En común Podemos Mataró, socio de gobierno del PSC al Ayuntamiento. En su comunicado, destaca la preocupación que expresan por el hecho que " haya vecinos y vecinas que, queriendo ayudar a resolver problemáticas sociales, intenten tomarse la justicia por su mano, puesto que rompen la dinámica democrática". En referencia velada a la manifestación no autorizada y en pleno decreto de estado de alarma vivida el pasado jueves, señalan que "no podemos permitir que la actitud y acciones de unos pocos amenace la convivencia.
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