"Trabajé durante siete años. Los mejores de mi vida, así de claro te lo digo". Maria Teresa Álvarez-Buhilla tiene un recuerdo espléndido de su etapa como taquillera al Cine Iluro. Fueron siete años, los últimos del cine del Camino real de Mataró , donde también había trabajado su madre. "Era un cine imperial, todo era impresionante: las butacas, los espejos, aquellos sofás, las escaleras... te lo mirabas y decías 'madre mía!'". Hoy, de todo esto sólo quedan escombros. Esta semana han empezado las tareas de derribo para hacer pisos y un supermercado.
El cine cerró el 2001 pero a Maria Teresa todavía le dura el disgusto. "Durante muchos años no pude pasar por delante, me venían ganas de llorar. Y todavía me cuesta; veo la taquilla, abandonada pero casi igual como la dejé el último día, con las mismas enganxines".
Desde aquella taquilla la mataronina las vio de todos colores. Colas descomunales para ver auténticos blockbusters como Jurassic Park o Titanic , que no dejaban libre cabeza de las más de 1.100 butacas. " había tanta gente que a menudo bloqueaba la puerta y no podía salir de la taquilla", rememora.
El último film del Cine Iluro
Moulin Rouge fue el último film que se proyectó, y como mínimo los fines de semana el cine se seguía llenando. "Recogimos miles de firmas y nos propusimos demostrar que podía seguir funcionando, pero no hubo manera de evitar el cierre", lamenta.
Maria Teresa recuerda que el Iluro era una fuente de vida, también para los entornos. "Veías mucha más gente paseando por el centro, y los bares y establecimientos de los entornos se veían muy favorecidos. Todo esto hoy se encuentra mucho a faltar".
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