"Yo soy un primarista", dice Juanjo Montero. "Por mí, la atención primaria es el pilar del sistema de salud, sin lugar a dudas". Este médico de familia de la CABEZA de Rocafonda-El Palacio tiene clarísimo el papel capital que protagonizan centros como el suyo, donde trae trabajando más de 7 años, en diferentes fases. "Está demostrado que con nosotros el sistema sanitario puede tener futuro, en un sistema puramente hospitalario, sin el filtraje de un médico de cabecera, nos iríamos a un agujero muy oscuro", asegura.
"Hemos tenido muchos días con unas 50 visitas cada médico, el doble del que tendría que ser"
Montero también es el vocal de Maresme Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria de Cataluña (CAMFiC), que agrupa unos 250 médicos del territorio. "Con todos los recortes que hemos sufrido, es muy hipócrita que nos digan que somos el palo de pajar del sistema", lamenta el médico mataroní. Desde el año 2010 estos recortes han sido "brutales", según él, y han afectado sobre todo los CABEZA de las regiones metropolitanas norte y sur, Mataró incluido. "En estas zonas es donde había más temporalidad, con cerca de un 40% de contratos no estables, e hicieron una escabetxina".
Este hecho afectó especialmente Cabes mataronins como los de Rocafonda-El Palacio o Gatassa, que trabajan con entornos socioeconómicos complicados. Barrios con más pobreza y población recién llegada, con una población que enferma más, que utiliza el servicio de salud pública de manera más intensa, con quien a menudo es más complicado comunicarse. "Te encuentras con gente que acaba de aterrizar a quien le diagnosticas diabetes y sientes que los estás hablando de algo misterioso", explica Montero. Por eso el volumen de trabajo en estos equipamientos acaba siendo superior a los otras CABEZA del territorio. Y la carencia de recursos los afecta más.
""No puedes hacer el seguimiento de las patologías que te preocupan mientras al mostrador hay una cola que llega hasta la calle"
"El año 2016 fue muy complicado, teníamos muchos días con unas 50 visitas cada médico, el doble del que tendría que ser", relata el doctor. Una situación que se prolongó demasiado. "Estas puntas de trabajo las aguantas unos días, unas semanas, pero de manera permanente es desesperando". Algo que los preocupa especialmente porque, cuando no pueden trabajar en las condiciones que habrían, "mengua la calidad asistencial". "No puedes hacer el seguimiento de las patologías que te preocupan mientras al mostrador hay una cola que llega hasta la calle", lamenta.
"La inyección económica es una gran noticia, a ver como se concreta",
Por este motivo, médicos como él han recibido con fuerza esperanza la noticia que la Generalitat tendrá en cuenta los entornos socioeconómicos de los CABEZA para dotarlos a partir de ahora de más recursos. "Es una gran noticia, pero tenemos que ser un poco escépticos, a ver como se concreta", dice.