Hace 17 años se inauguró la escuela Joan Coromines de Mataró. Dentro de tres años cumplirá dos décadas. Desde el primer día y hasta ahora ha pasado todos los cursos en las instalaciones históricas de la escuela Anxaneta, dejadas libres cuando este centro estrenó nuevas instalaciones. A lo largo de estos 17 años, las familias del centro se han movilizado en varias ocasiones para reclamar poner fin a esta provisionalidad. Este final de curso, la indignación ha resurgido especialmente entre la comunidad educativa del centro. “Ya basta”, dicen.
- Las familias del Coromines irán a manifestarse a las puertas del Pleno Municipal de junio este jueves 6 de junio.
- También intervendrán en la Audiencia Previa del de julio dirigiendo una pregunta a la regidora de educación y a todo el consistorio.
- En el texto de esta intervención exigen el sombreado del patio y un calendario para el edificio.
El Coromines recuerda que las actuales instalaciones son “antiguas, precarias, insuficientes y peligrosas” y explican que “a la escuela le hace falta la solución definitiva; la construcción de la nueva escuela. Y le hacen falta soluciones provisionales, entre muchas otras; adaptar la escuela al cambio climático”.
Ni sombra en el patio
Lo que ha indignado a las familias del Coromines es que el Ayuntamiento de Mataró se demore en dar cumplimiento al programa de adaptación de las escuelas al cambio climático que ganó en 2022 la votación de los presupuestos participativos. Se aprobaron 750.000 euros. “En 2023, desde la Dirección de la escuela, se pidió al Ayuntamiento que se implementaran espacios de sombra en el patio de la escuela. La respuesta fue que, aunque la actuación solicitada estaba prevista en los presupuestos participativos, no se podría implementar hasta 2024, ya que el Ayuntamiento necesitaba un año y medio para hacer el diagnóstico y la ejecución del proyecto. Este año 2024, desde la Dirección de la escuela, se ha preguntado al Ayuntamiento si ya se podría implementar el espacio de sombra solicitado. La respuesta ha sido que, ahora, esta actuación forma parte del proyecto Re-Natura Mataró”, explican. “¿Cuántos años más los alumnos de la escuela Joan Coromines, por culpa de la burocracia, es decir, por culpa de la falta de iniciativa y la ineficiencia de esta Administración, tienen que soportar, en la hora del recreo, temperaturas que rondan los 30 grados?”, se preguntan las familias.
Ni edificio
Lo otro que, a juicio de las familias, clama al cielo es que el edificio del Coromines no tenga calendario ni presente novedades. En 2022, la Generalitat aprobó el presupuesto para la construcción de la nueva escuela Joan Coromines. En la pregunta que dirigirán a la regidora de educación, las familias se preguntan qué hará el Ayuntamiento “para procurar que no suceda lo que ha pasado con el Instituto las Cinc Sènies que, desde que se cedieron a la Generalitat los terrenos para la ejecución de la edificación, hasta que esté finalizada la edificación, habrán transcurrido más de 10 años?”
El único avance notable hacia el nuevo Coromines, además, no ha sido del gusto de la comunidad educativa que explica que la elaboración del Documento Pedagógico de Espacios, que debía definir cómo debía ser la nueva escuela, ha visto como “el proceso participativo era una mera pantomima para cumplimentar el expediente”. La comunidad, explica, hizo una serie de demandas “dirigidas, precisamente, a obtener una escuela sostenible y adaptada al cambio climático” que han sido descartadas del proyecto aprobado por la Generalitat.