La Fiesta al Cielo era esto. Cómo dice el tradicional y esperanzado grito culé, "este año sí". Después de una edición inaugural el 2014 en que el cielo no estaba por fiestas, este año ha hecho un domingo radiante que ha permitido al festival aeronáutico lucir con todo su esplendor. Han podido volar todas las aeronaves para mostrar sus acrobacias a las 75.000 personas que, según datos provisionales del Ayuntamiento, han llenado la Playa del Varador. Así que un golpe disfrutado el espectáculo en toda su plenitud, y un golpe se dispongan de los datos de participación oficial y del regreso económico generado, será el turno de valorar si el acontecimiento tiene que tener continuidad. El alcalde, David Boto, ya dijo en la presentación del mismo que se estudiaría un golpe pasada esta edición.
La Patrulla Águila del ejército español, una de las últimas al actuar, ha sido la gran estrella de la fiesta, que ha durado unas cinco horas. Emblema del ejército español, celebraba su 30è aniversario en Mataró y ha disfrutado de muchos minutos para poder hacer varios pases por encima del frente marítimo con espectaculares acrobacias individuales y conjuntas de la media docena de aviones. También han tenido tiempo de dibujar banderas al cielo mataroní: la española, bastante visible a pesar de un color amarillo de la estrella de los aviones mucho pàl•lid, y la catalana, algo más desdibujada. Y, como ya se pudo ver en los ensayos de viernes, un corazón, que uno de los aviones ha atravesado cómo si fuera una flecha.
El ejército español ha aportado gran parte de las aeronaves de la fiesta, cosa que ha generado -y seguirá generando- controversia a la ciudad. Los más llamativos han sido los aviones de guerra a reacción: el Harrier, con su capacidad de pararse al aire y elevarse cómo si fuera un helicóptero; la F-18 y, sobre todo, la Eurofigther. Estos dos últimos reactores hacían tanto ruido y provocaban tantas vibraciones que han hecho saltar las alarmas de los coches estacionados al puerto. A pesar de todo, lo han tenido difícil para igualar la espectacularidad de Bravo 3, dos aviones de acrobacias Sukhoi que compiten en todo el mundo y que han demostrado una pericia brutal, con una coordinación y unos movimientos que hacían poner el ay al corazón a los asistentes.
Carencia ocasional de ritmo
Una de los iconos de la fiesta, la Airbus A320 de Vueling, Helicópteros como Tiger o el Chinook, que han hecho desembarcar soldados al mar, el hidroavión histórico Consolidated Catalina o quieres acrobáticos como los de los AeroSparxs, así como el Canadair apagafocs, también han brillado en un festival que en algunos momentos ha sufrido de carencia de ritmo, con pausas bastante largas, a pesar de que ni punto de comparación con el tedio vivido el año pasado. El calor, también al contrario que al 2014, ha sido protagonista, con temperaturas muy altas y un solo inclement con quien no ha venido preparado con parasol y crema de protección solar. El ambiente era lo de un día estival a la playa, llena de gente bañándose, tomando el solo y de picnic, con el añadido de las piruetas que dibujaban en el cielo azul todo tipo de aeronaves.
Valoración positiva del alcalde
En declaraciones recogidas por Mataró Radio, el alcalde, David Boto, ha valorado la fiesta al cielo justo al acabar las exhibiciones aeronáuticas. "La percepción es que público, restauradors y comerciantes están satisfechos con la Fiesta al Cielo", ha afirmado
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Las claves
La Fiesta ha durado cinco horas y ha visto volar una treintena de aeronaves
La Patrulla Águila, estrella de la fiesta, ha dibujado la bandera española y la catalana
Los aviones de guerra a reacción, como la Eurofighter, han destacado por sus acrobacias y ruido
El calor ha sido protagonista, con un día radiante que ha permitido volar a todas las aeronaves
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