¿Cómo es ser sereno?
En el imaginario colectivo, percibimos más inseguridad de la que realmente ocurre en la calle. Me imaginaba más conflictos de los que realmente vemos. Hay algunos, sobre todo de índole vecinal y comunitaria, pero en general, la naturaleza de lo que hacemos los serenos es muy amable. Hay una idea de peligro que no es real.
¿La ciudadanía conoce y entiende la figura?
Es muy impactante cómo solo con un chaleco la gente ya tiene una sensación de seguridad. Mucha gente nos pregunta qué hacemos, cuál es nuestra función, y cuando se lo explicas, agradecen nuestra presencia porque les brinda seguridad. También hay quienes te toman por policía y te preguntan si los multarás. Nuestra mirada es muy educativa, yo soy educadora social y aplico una actitud de diálogo y prevención. Ayudamos en dinámicas muy concretas y desde la coordinación del equipo hemos intentado ir a la par y formarnos en asertividad, qué hacer y qué no hacer con personas nerviosas, etcétera. Al principio nos decían 'los polis', y en cambio, ahora han visto que estamos para ayudar, para transmitir información del Ayuntamiento y para explicarnos en horario nocturno. Hay gente joven que ya no nos llama 'polis', sino 'estos son buena gente' porque nos respetan por el método. Hay un cambio abismal si transmites una relación de confianza y pides respeto en lugar de imponerte por autoridad.
¿Hay margen para una tarea diferente a la de la Policía?
¡Oh, sí! La policía tiene su trabajo y nosotros, el nuestro. Cuando hay una intervención policial, se genera una carga tensa en el ambiente que no es la que buscamos nosotros. Y aquí quiero reivindicar a los serenos por lo que supone que la figura femenina ocupe la vía pública de noche y en tareas de prevención. Hay muchas vecinas que nos decían que a dónde íbamos solas, de noche. Ha habido situaciones en las cuales, como hombre, hubiera pasado más miedo porque se habría podido complicar, y creo que se me ha respetado más por ser mujer y por nuestra manera de intervenir. Nosotros no le quitamos trabajo a la policía, nosotros hacemos escucha activa y una mirada educativa.
¿Pedirías que se mantuvieran los serenos?
Lo ideal sería que no hiciéramos falta, pero dado que hay margen y trabajo por hacer, creo que sí, que una figura educativa y que no todo sea punitivo y sancionador es necesaria. Sería muy positivo para Mataró mantener a los serenos. Tenemos bagaje, tenemos experiencia. ¡Ya se verá!
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