El Pailebot Santa Eulàlia ha zarpado hoy jueves día 8 al Muelle de Mitjorn del Puerto de Mataró abandonando definitivamente las aguas de la capital del Maresme que lo han mantenido a flot los últimos días. El barco, pero, tenía un rumbo y un destino muy definido y que, por extraño que pueda parecer, tiene mucho que ver con Mataró. Es Isla Cristina, una población andaluza de la provincia onubense que fundó hace 250 años un mataroní de nombre Josep Fanega que había salido también del puerto de la antigua Iluro. Era justamente por remomerar aquel momento que se han concentrado en este espacio el alcalde, Joan Antoni Baron, junto con el alcalde de Isla Cristina, Francisco Zanudio, el regidor de deportes Augusto García los dos del Partido Andalucista- y el presidente de la Asociación de Amigos de Isla Cristina en Barcelona, Francisco Flores.
"Nosotros vivimos allá por culpa vuestro", ha resumido Zanudio durante la recepción que el propio Baron le ha ofrecido por la mañana en la sala de los leones del Ayuntamiento junto con los regidores Joaquim Fernàndez (CiU), Ramon Bassas (PSC), Maria Rosa Cuscó (ERC) y Paulí Mojedano (PP). "Fanega tuvo la habilidad de encontrar agua, junto a una higuera, y por eso en un principio nos decíamos la Higuerita o la Figuereta, nombre del cual pasamos a Isla Cristina", ha explicado el alcalde andaluz. Zanudio se ha referido también a la presencia de nombres de calles y espacios de su población -el Parque de Mataró y la calle Fanega- para dar fe de cómo se mantiene el nombre de la ciudad de la capital del Maresme al imaginario colectivo de la población.
Los dos alcaldes se han intercambiado regalos y mientras Baron ha obsequiado Zanudio con unas baldosas de Puig y Cadafalch y el libro Mataró, las nuevas perspectivas su homólogo andaluz le ha entregado unas memorias del primer rector de la parroquia local, donde se recoge la historia de la población, así como una placa y unos brillantes.
Habitantes de todo el Maresme
Además de Josep Fanega, que el 1757 descubrió agua potable poniendo a cero el contador histórico de la nueva población, en la fundación de Isla Cristinatuvieron que ver otros pescadores del Maresme como un canetenc de apellido Arnau, patrón de pesca. Los siguieron otros catalanes del y también valencianos y sólo hay que acudir a la lista de los nombres de los alcaldes -Antoni Roselló, Joan Martí, Joan Travé- para ver como la ascendencia catalana se mantuvo durante décadas. El pueblo se convirtió en municipio el 1802 tomando la capitalidad del antiguo municipio de La Redondela y cogió el nombre de Isla Cristina (por la Reina del mismo nombre) el 29 de enero de 1834. La ciudad fue creciente de forma progresiva y actualmente su población es netament andaluza. Además, pero, hay que decir que los vínculos con Cataluña se volvieron a estrechar cuando en sesenta y setenta algunos habitantes de la población vinieron a vivir en la capital del Maresme igual que lo hicieron paisanos suyos andaluces, extremeños y castellanos. A la cabeza de un tiempo algunos volvieron, pero otros se quedaron en Mataró sellando definitivamente la fraternal relación entre estas dos poblaciones.

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Alcalde honorífico perpetuo
Con el encuentro en el Ayuntamiento de esta mañana, las cabezas de protocolo de las dos bandas han explicado a la prensa un curioso detalle: la persona que ostenta el cargo de alcalde de Mataró puede sentar con el resto de miembros de la corporación municipal de Isla Cristina, si bien no puede emitir su voto. Esto es así en virtud de un acuerdo de 1973 por el cual el alcalde de la capital del Maresme es alcalde honorífico perpetuo de la población andaluza. Dos años antes Mataró había decidido nombrar Isla Cristina como hija predilecta y Medalla de Oro -ahora sería de la ciudad-.
El Pailebot en el momento de zarpar.
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