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Judith Vives

Jaque mate familiar

Gracias a una intensa campaña publicitaria y a la presencia en el reparto de actores de renombre como José Coronado (protagonista recientemente de otro éxito catalán, Los últimos días) y el actor de teatro Julio Manrique, Hijo de Caín se ha convertido en una de las películas catalanas más esperadas de los últimos meses. Lo opera delgada del tarraconense Jesús Monllaó es un trepidante thriller familiar con el ajedrez como trasfondo. Un adolescente con tendencias psicòtiques y gran talento por el ajedrez es el centro de esta película que convierte los protagonistas (los padres del chico y su psicólogo) en las piezas de una partida donde cada jugada provoca giros inesperados. Es interesante, sobre todo, el entramado de relaciones familiares que van aflorando a medida que avanza la partida y cómo determinados movimientos pueden hacer caer en sospechas y desconfianzas.

El film, basado en la novela de Ignacio García-Valiño, se resiente demasiado de este origen literario, sobre todo en cuanto a la credibilidad o a la resolución de algunos conflictos. Monllaó ha intentado rodar con elegancia (Tarragona y entornos son el escenario natural de la película), pero sin acabar de encontrar un estilo propio, a pesar de que sí que ha sabido dotar de un ritmo tienes y trepidante este thriller que se sigue con suficiente interés, a pesar de todo. El director tiene la suerte de contar con unos actores bastante sólidos, como Coronado, Manrique o Maria Molins, que llegan allá donde el guion se queda a medias y hacen más creíble algunos de los giros más inverosímiles del argumento.

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