2024 11 22 Lopez Bulla
2024 11 22 Lopez Bulla

José Luis López Bulla: "el sindicalismo ha protagonizado las principales conquistas concretas"

Miguel Guillén entrevista al histórico secretario general de Comisiones Obreras de Cataluña y uno de los grandes líderes antifranquistas de la ciudad de Mataró

Entrevistamos a José Luis López Bulla, quien fuera secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) de Cataluña entre 1976 y 1995, además de diputado en el Parlament por Iniciativa entre 1999 y 2003. Emigrante en su juventud desde su Santa Fe (Granada) natal hacia Mataró, se convirtió en uno de los principales líderes del antifranquismo en la ciudad, tanto en CCOO como en el PSUC, asumiendo después responsabilidades a nivel nacional en la organización del sindicato, del que llegó a ser su principal líder durante más de dos décadas. Jubilado en la actualidad, lleva una vida tranquila en Pineda de Mar, pero sigue atento a la actualidad, dedicando muchas horas a la lectura. Hace algunos días estuvo presente en el acto que conmemoraba el sesenta aniversario de CCOO de Cataluña y hemos querido visitarlo para hacer un repaso de su trayectoria sindical y política. Como no podía ser de otra manera, la conversación tuvo que ser interrumpida convenientemente para dirigirnos a comer a uno de sus restaurantes preferidos en la ciudad del Alt Maresme. Boquerones y marmitako, regados de vino blanco, conformaron nuestro menú.

¿Cómo es su día a día actualmente en Pineda?

Mi día a día es disciplinadamente rutinario: me levanto a las siete, me aseo, desayuno contundentemente (dos cortados, unas tostadas, un buen plato de tejeringos y un agua mineral), repaso la prensa, normalmente dos diarios, y después leo. Leo mucho, porque a mi edad disfruto más leyendo que escribiendo: escribir a veces es una tortura, aunque leer también lo puede ser, sobre todo si intentas dialogar con el libro, ya sea aplaudiéndolo y criticándolo. A la una como, y después echo una siesta de hora y media o dos horas. Cuando despierto, vuelvo a leer, escribo alguna brevería en las redes sociales y hacia las ocho o las nueve veo el parte, después una película (últimamente echan algunas muy buenas, tanto en la televisión como en las plataformas, y por último me voy a dormir.

 

Assistents a l'acte de celebració del seixanta aniversari de Comissions Obreres de Catalunya, amb López Bulla a primera fila (el segon per l'esquerra)

Asistentes al acto de celebración del sesenta aniversario de Comisiones Obreras de Cataluña, con López Bulla en primera fila (el segundo por la izquierda)

 

¿Qué cree que representa CCOO en Cataluña sesenta años después de su fundación?

Comisiones Obreras representa, tanto para la clase trabajadora como para sus afiliados, una hipótesis de defensa de sus condiciones de trabajo y de mejora de los salarios. Sé que una hipótesis no es una certeza, pero creo que es una hipótesis fuerte. En el tablero político general lo que hay es una especie de duelo o batalla pacífica entre cómo ser más útil a los trabajadores y los intereses generales del país, y ahí creo que la organización está en una situación de equilibrio inestable. Antiguamente se decía, y en parte era verdad, que no se hacía nada contra Comisiones Obreras. Hoy no podemos decir eso porque no es verdad

2022 10 27 Els quatre secretaris generals de CCOO CONC
Los cuatro secretarios generales que ha tenido Comisiones Obreras de Cataluña (27 de octubre de 2022). De Izquierda a derecha: Javier Pacheco, López Bulla, Joan Coscubiela y Joan Carles Gallego

 

Usted llegó a Cataluña, concretamente a Mataró, en 1965. ¿Qué recuerda de aquellos entonces?

Correcto, llegué a Mataró el 5 de agosto de 1965. Mi recuerdo de aquella época es un poco contradictorio, porque por una parte la tendencia real de comparar Mataró con Santa Fe era clara, porque dejé mi pueblo a las diez de la mañana y un "minuto" más tarde estaba ya en Mataró, e intentar comparar ambas localidades era inevitable: las calles anchas, el aparente caos que hay en Mataró visto desde arriba comparado con la uniformidad de Santa Fe, que es un campamento romano... Las gentes, vestidas de una forma distinta, más moderna. Recuerdo aquel mito según el cual todo el mundo llevaba reloj en la muñeca, veía gente con pantalones cortos, los andares de las chicas eran diferentes, el ruido del traqueteo de los talleres en las calles, en particular en la calle San Ramón... En Santa Fe la gente andaba muy despacio, y aquí no. Cierto es que no es como cuando Lorca dejó Fuente Vaqueros y llegó a Nueva York, habiendo pasado antes por Madrid y Barcelona, pero Mataró me pareció una ciudad bonita y hermosa. Me impresionó mucho el aspecto societario de Mataró, la cantidad de asociaciones que había. Eso no existía en Santa Fe, que solamente había las Juventudes Musicales que fundamos nosotros mismos. La cosa cambia cuando te enfrascas en la lucha contra la dictadura, porque entonces Mataró ya te parece el centro del mundo.

 

1997 Portada Cuando hice las maletas
Portada del libro "Cuando hice las maletas", de López Bulla

 

Pronto se implica en las CCOO y en el PSUC. ¿Cómo se produjo su inicio en la lucha clandestina?

Estando yo viviendo en la calle Quintana, había una señora muy mayor, de casi cien años en cuya casa vivía Ceferina, una mujer de unos cincuenta años de Gerena, un pueblo sevillano, que trabajaba en la fábrica Aleñá. Esta chica era del movimiento católico, aunque no organizada con las católicas tradicionales de Mataró, y era amiga del encargado de la fábrica Sangal, donde hubo una huelga muy seria. Entonces me presentó al encargado y al jurado de empresa en una reunión que tuvimos en un piso de la Torre Maresme. Lo cierto es que Mataró tampoco era tan grande como para que no acabaras encontrándote con otra gente que estuviera en la lucha, porque eso iba a ocurrir si ibas al cinefórum o a los encuentros de Terri en la calle Bisbe Mas, y sobre todo en los paseos por la Rambla, porque había una célula de noctámbulos que paseábamos arriba y abajo, siempre con ganas de comentar la actualidad. Uno de aquellos que paseaban era hermano de un militante comunista que estaba en Francia, Jordi Casals, que fue quien nos dio las llaves para entrar en el partido (el PSUC) en la ciudad. Y ahí empezó todo.

 

Capçalera d'una manifestació, amb diferents líders sindicals, entre els quals es pot veure López Bulla
Cabecera de una manifestación, con diferentes lideres sindicales, entre los que se puede ver a López Bulla

 

Hoy parece que todo el mundo fue antifranquista. En los últimos años ha habido un intento por reescribir la historia, haciendo pasar por antifranquista a quien no lo fue y soslayando el papel de quien sí lo fue. ¿Qué opina al respecto?

Aquellos que efectivamente presumen hoy de una historicidad que no se dio en ellos han aprovechado el fracaso histórico del Partido Comunista de España (PCE) y el PSUC, que les ha hecho, en un ataque inescrupuloso y una intención absolutamente de sinvergonzonería, aprovechar esa misma coyuntura. A eso no ayudó que algunos dirigentes emblemáticos del comunismo iniciaran en su momento un éxodo hacia otras organizaciones, silenciando incluso su anterior militancia. Recuerdo por ejemplo un debate hace años en Televisión Española sobre la OTAN, en el que estaban invitados Manolo Vázquez Montalbán, Antonio Elorza y Jorge Semprún, y el entrevistador presentó a los participantes: de Semprún explicó que fue ministro de Cultura, que pasó por Mauthausen, etc., de Elorza que era historiador, etc., y cuando iba a presentar a Vázquez Montalbán éste le interrumpió y dijo: "¡comunista!" (risas). Recuerdo que hacía poco habíamos tenido una conversación un tanto extraña en Madrid el propio Vázquez Montalbán, Javier Pradera y un servidor durante una comida: hablamos de Trotsky, y en un momento de la sobremesa Pradera dijo: "es que vosotros os portasteis muy mal con Trotsky". No pude aguantarme, le interrumpí y le dije: "¡tú estabas antes que nosotros!". En definitiva, creo que se ha aprovechado un momento en que se necesitaba rellenar la ausencia de pasado. ¿Eso cómo se define? Pues como una sinvergonzonería. Aquí en Cataluña han podido ser los nacionalistas pero fuera de aquí han sido otros.

López Bulla, en una imatge de 1977
López Bulla, en una imagen de 1977

 

Por ejemplo, en Terrassa se publicó un libro sobre el antifranquismo en la ciudad y no aparece citado ni una sola vez el nombre de Cipriano García, uno de sus principales líderes, que incluso tiene una plaza a su nombre en la ciudad. ¿Qué le parece este hecho?

Aquí hay dos elementos: uno, que los autores de ese libro deben de saber que tienen más instrumentos para aplastar aquella voz profunda, y dos, porque intuyen que no se va a levantar medio barrio para pedirles la cabeza. Entonces, hay que repartir responsabilidades entre quienes perpetraron aquello y quienes, en silencio, callaron y no reaccionaron. Para mí la cosa es que los míos no fueron a la casa de aquellos a pedir explicaciones, porque quizá se ha instalado en ti la indiferencia.

Con respecto a Cipriano García, hay que recordar que es uno de los principales líderes que tuvo CCOO, que después del Proceso 1.001 se tuvo que encargar de la organización del sindicato en toda España, viviendo muchos encontronazos con el Partido. Un dirigente de primera que efectivamente tiene una plaza a su nombre en Terrassa, en cuya inauguración yo participé.

José Luis López Bulla, a la capçalera d'una manifestació, amb Cipriano García
José Luis López Bulla, en la cabecera de una manifestación, con Cipriano García

 

¿Cree usted que las generaciones más jóvenes, nacidas y crecidas en democracia, conocen el papel de las organizaciones y militantes antifranquistas? Si hiciéramos una encuesta, ¿se conocerían nombres como los de Marcelino Camacho, Santiago Carrillo, Julián Grimau, López Raimundo o Ángel  Rozas, por citar solamente algunos nombres?

Rotundamente no. Eso ha pasado porque en el sindicato y en la izquierda no ha habido el suficiente cuidado a la hora de explicar la utilidad de su historia, que quiere decir combinar las luchas con las conquistas que se han conseguido. No hemos sabido explicar las victorias que hemos protagonizado, por ejemplo con la cuestión de las pensiones. Los sindicalistas creemos que Dios nos pagará en el cielo nuestras buenas obras, como si fuéramos monjes urbanos, porque estamos impregnados de una cultura mística cristiana que provoca esta situación. Hemos sido el sujeto que ha alcanzado más conquistas concretas, porque las conquistas democráticas son la suma de conquistas concretas.

Hablando de Ángel Rozas... Él le dijo, estando en la misma cárcel que usted, que no se sentía un perseguido del franquismo, sino que se consideraba un perseguidor del franquismo. ¿Está de acuerdo con aquella afirmación?

Todas estas grandes frases tienen un sentido metafórico al que hay que atenerse, porque sabemos que formamos parte de una tradición mediterránea basada en todo esto, también de una cultura agraria que aún tiene mucha influencia: aún decimos que el sol se pone, utilizamos el sistema sexagesimal, etc. Ángel Rozas creía en la victoria final, como reza la Internacional. En la derecha nunca han hablado de la victoria final, éramos nosotros quienes lo hacíamos, y desde esa óptica él se consideraba un perseguidor del franquismo. Lo entiendo así.

Míting del PSUC al Parc de la Ciutadella de Barcelona, ​​el 31 de maig de 1977. D'esquerra a dreta: Josep Serradell
Mitin del PSUC al Parque de la Ciutadella de Barcelona, ​​el 31 de mayo de 1977. De izquierda a derecha: Josep Serradell "Roman", Alfonso Carlos Comín, López Bulla, Antoni Gutiérrez Díaz "Guti", Santiago Carrillo i Gregorio López Raimundo

 

Volvamos a Mataró. Está documentado que el 1 de mayo de 1967 se celebró en la Parroquia de San Simón una asamblea de trabajadores de los diferentes ramos de la producción que sirvió como momento fundacional de las CCOO en nuestra ciudad. Usted tomó la palabra en aquella asamblea. ¿Qué recuerda?

Los responsables de aquel acto éramos básicamente Antonio Rodríguez Avellaneda, Martí Bernasach y un servidor. Lo que en realidad decidimos fue iniciar un largo proceso de creación de Comisiones Obreras en la base. Todas las organizaciones han tenido a lo largo de la historia un encuentro inicial, y el nuestro fue aquel, el Primero de Mayo de 1967 en San Simón. Recuerdo que Rovira Brull hizo unos dibujos al carboncillo de aquella asamblea, pero los extravié. Fue un día en el que nosotros éramos conscientes que empezábamos una cosa seria. No se respiraba un sentido de la historia, quizá porque éramos primerizos, pero salimos contentos y satisfechos. Teníamos el orgullo de que cuando fuéramos a Barcelona ya no éramos nosotros solos y nuestra sombra, había algo más.

 

López Bulla, junt a Marcelino Camacho i altres companys de CCOO, la tardor de 1976
López Bulla, junto a Marcelino Camacho y otros compañeros de CCOO, el otoño de 1976

 

En el nacimiento de las CCOO en Mataró jugó un papel importante el encuentro entre trabajadores del textil y de la construcción con sindicalistas veteranos de la CNT, como Martí Bernasach, Cisquet Sala o Pitu Moragas, por citar tres nombres, que unieron fuerzas con ustedes, bastante más jóvenes. ¿Qué nos puede explicar de aquello?

Esta gente de la CNT, que era del grupo que no dependía de Federica Montseny, se limitaba por entonces básicamente a recaudar dinero y entregarlo en Barcelona. Aquel encuentro se gestó en el despacho del abogado laboralista Albert Fina, porque ellos eran clientes suyos y lo admiraban. Eran enlaces sindicales, Martí Bernasach por ejemplo era el presidente de la Junta Social del Textil, antes de las famosas elecciones sindicales de 1966. Entonces, él ya no quería ser presidente y yo le convencí para que siguiera. Con nosotros no hubo ningún problema, porque íbamos al grano, pero recuerdo que lo que no les gustaba en absoluto era que nos reuniéramos en iglesias. Recuerdo también las colas que se formaban antes de las fiestas navideñas en la calle San Juan, para llevarle a Martí Bernasach turrones y botellas de licores, que iba acumulando en su bodega, en agradecimiento a todo lo que hacía.

 

Una assemblea de CCOO a Mataró. D'esquerra a dreta: Paco Frutos, Paco Cantero, López Bulla, Jordi Santolaria i Antonio Rodríguez Avellaneda
Una asamblea de CCOO a Mataró. De izquierda a derecha: Paco Frutos, Paco Cantero, López Bulla, Jordi Santolaria y Antonio Rodríguez Avellaneda

 

En 1967 usted fue detenido, no fue la única vez, y pasó por las cárceles de Mataró, Barcelona y Soria, estando preso más de dos años en total. ¿Para usted que representó el paso por la cárcel?

Lo primero es que me di cuenta que era verdad lo que había leído: que aquellos compañeros que explicaba Mundo Obrero que sufrían en las cárceles existían. Yo estuve con Ángel Rozas, Pedro Hernández, Pedro León... Recuerdo la disciplina que nos imponíamos, sobre todo en Soria, no tanto en la Modelo de Barcelona. En Soria venían a vernos como mucho una vez al año desde Mataró, y los abogados una vez al mes si es que venían. Muchas veces pienso en la cantidad de gastos que ocasionamos, y que pagaba la comisión de solidaridad. En Soria el tiempo había que matarlo, obviamente, y existía un gran sentido de pertenencia, una disciplina prusiana. Teníamos trabajo, claro: barrer, cocinar... y había un grupo muy riguroso de planificación de estudios por materias, muy estructurado. Había una comisión de comida también, por ejemplo, que se preocupaba de sobornar al funcionario correspondiente y encargarle lo que tenía que comprar fuera de la cárcel, más allá de la comida que nos daban allí: se compraba por ejemplo media vaca para cocinarla, y aquello hacía que fuéramos unos de los principales clientes del mercado de Soria.

Los años setenta fueron muy intensos a nivel de movilizaciones, y el movimiento obrero jugó un papel fundamental, protagonista. Hace unos días Andreu Claret pedía en una tribuna en El Periódico que no se borrase el papel de CCOO en aquellos años, como se está intentando hacer, también con el PSUC o el PCE. ¿Qué papel cree usted que jugó CCOO?

Comisiones expresó el deseo de los trabajadores desde el centro de trabajo. En Mataró, los grandes conflictos que hubo en el textil o en artes gráficas se vehiculaban a través de los dirigentes que había en el Sindicato Vertical. Aquellas huelgas tenían como elemento de señal de movilización la asamblea de fábrica, la continuidad de la huelga, y luego la asamblea del Sindicato Vertical que había en la Plaza de las Teresas (por entonces Plaza de los Caídos), en el edificio que sigue en pie hoy en día y donde tiene su sede la UGT.

Desgraciadamente, no había otra fuerza además de la nuestra, Comisiones Obreras, en las grandes asambleas. Esto no es propaganda, sino un dato. Dominábamos las juntas sociales, las Unidades de Trabajadores y Técnicos (UTT) del textil, del metal, de artes gráficas, del ramo del agua, etc. Una persona como yo, que ya estaba dirigiendo las Comisiones Obreras a nivel de Cataluña, regresé a mis raíces, a Mataró, y fui elegido, con una artimaña jurídica, como asesor de la UTT de artes gráficas. Después, fui asesor de la UTT comarcal y la de todos los ramos de Mataró, que era el organismo que dirigía las huelgas del textil, de la construcción, etc. La de la construcción fue una gran huelga a nivel de toda España, y a la ciudad vinieron destacadísimos dirigentes de Madrid como Arcadio González, Macario Barjas o Tranquilino Sánchez. Lo que vivimos en Mataró era la tónica habitual, sin pecar de inmodestia.

 

López Bulla, amb Marcelino Camacho i Josep Benet
López Bulla, con Marcelino Camacho i Josep Benet

 

Cuando la huelga empezaba a dar síntomas de cansancio, había que tener el coraje de decir que se había acabado y había que volver al trabajo. Yo me había enfrentado a una asamblea de varios miles de personas en el Velódromo para hacerlo, con compañeros como Pedro Barrena defendiendo lo contrario. Al propio Barrena recuerdo haberlo dicho que la clase obrera ya no se acordaba de los jaramagos, sino que había que hablarle de gasolina, no había más que ver la cantidad de coches aparcados en los aledaños del Velódromo aquel día.

 

En los años setenta es cuando se consigue la libertad sindical. A nivel patrimonial, de locales, siempre defendí que el Sindicato Vertical no iba a ser necesariamente para Comisiones Obreras, por eso se pactó por ejemplo que el local de Cornellà fuera para nosotros, mientras que el de Mataró para la UGT. Salimos de la dictadura unidos en la base social, pero el error de CCOO creo que fue pensar en la unidad sindical como si fuera un fetiche, sin considerar que podía darse la división. No se esgrimieron argumentos ideológicos para que hubiera división entre CCOO y UGT, sino que se habló de la tradición.

Nosotros siempre tuvimos una idea mitómana o romántica de la unidad sindical, y aquello no podía ser. No se dio porque había intereses internacionales por parte de la socialdemocracia, que quería organizar aquí su propio sindicato. En la primera convocatoria de elecciones sindicales, CCOO barrió, mientras la UGT estaba en contra de la figura de los enlaces sindicales. Nicolás Redondo acabaría reconociendo algunos años después que se habían equivocado en esta cuestión.

¿Sigue siendo útil el modelo basado en las secciones sindicales y los comités de empresa, teniendo en cuenta que hay organizaciones que deciden no firmar acuerdos porque saben que luego eso les da rendimiento en las elecciones sindicales, aunque eso represente no mojarse nunca?

La empresa es un sujeto global, porque exporta a quien se lo pide, y es afectada por los tumultos de la globalización, mientras que el comité de empresa es por definición un sujeto autárquico. Decimos que la Comissió Obrera Nacional de Cataluña (CONC) es un sindicato de clase y nacional, y creo que eso hoy es irrelevante. Opino que debería definirse como un sindicato global, y sé que esto es muy duro decirlo. Cuando veo que han los pasado años y que la economía ha cambiado hacia un modelo global, la empresa es global pero el sindicato sigue siendo local. Podríamos decir que el sindicato se ha ido anquilosando en su carácter "cateto" y "aldeano", y eso lo viene demostrando desde hace tiempo Isidor Boix, que no deja de hablar de huelgas de grandes multinacionales en diferentes lugares del mundo: en India, en Canadá, etc. Y las internacionales sindicales no hacen nada al respecto.

No hubo nadie que defendiese más que yo los comités de empresa, enfrentándome a compañeros como Rodríguez Rovira o Paco Frutos. Aquel debate, eso sí, lo ganamos con el apoyo de otros dirigentes como Carles Navales, Pere Caldes o Antonio García de la Siemens, etc. Mi opinión es que quien tenía que negociar en la empresa era la sección sindical: en Pegaso, en Seat, etc. En aquellos entonces me saqué de la manga algo que Antonio Gutiérrez, secretario general de CCOO de España, no llegó a aplicar, como fue el código de derechos y deberes de la pequeña y pequeñísima empresa. Entonces nos inventamos pamplinas como que hubiera un liberado para toda la zona, etc. Lo que no puede ser es que nosotros intentáramos mantener un sujeto que no podía defender a los trabajadores, porque era autárquico y local en una autonomía de un estado nación. Y claro, esto significaba un dolor de cabeza muy grande para los dirigentes sindicales.

Una roda de premsa de CCOO a Mataró, l'octubre de 1979. D'esquerra a dreta: Paco Cantero, López Bulla, Marcelino Camacho i Jaume Puig
Una rueda de prensa de CCOO a Mataró, el octubre de 1979. De izquierda a derecha: Paco Cantero, López Bulla, Marcelino Camacho i Jaume Puig

 

¿Cuál era la relación entre CCOO y el PSUC durante la dictadura? ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la independencia sindical?

Se trata de un tema recurrente del que se ha hablado de manera poco formal, poco seria, según mi opinión. Hoy ya no hablamos de esas relaciones entre Partido y Sindicato, básicamente porque no hay Partido. Por tanto, no puede haber esas relaciones, y con la UGT pasa igual. El PSOE se desliza hacia una política de centro porque las circunstancias internacionales le obligan a ello, y eso le distancia de la UGT, que celosamente tiene que seguir perseverando en su independencia. Como es la hora de las sorpresas, diré que siempre he valorado más la independencia de la UGT que la nuestra, porque para nosotros era relativamente fácil ser independientes del PCE, que en su mejor momento tenía 23 diputados en el Congreso, y no tanto la UGT del PSOE, que sacó más de 200 en 1982. Explicaré una anécdota para que se me entienda, que además tuvo lugar en Mataró en noviembre de 1988: cuando fue el centenario de la UGT y visitó la ciudad su secretario general, Nicolás Redondo, fui recibido de forma muy hostil por parte de los concejales del PSC, e incluso tuve que avisar al servicio de orden para decir que me estaban insultando. Ese era el ambiente que existía.

Una intervenció de López Bulla durant la seva etapa com a secretari general de CCOO de Catalunya, davant la mirada d'Antonio Gutiérrez i Joan Francesc Pascual, el 1989
Una intervención de López Bulla durante su etapa como secretario general de CCOO de Cataluña, ante la mirada de Antonio Gutiérrez i Joan Francesc Pascual, el 1989

¿Se acuerda alguien de quién dibujaba la política económica del Partido en aquellos tiempos? Éramos nosotros, CCOO. El PSUC tenía por ejemplo a Toni Montserrat, pero nosotros teníamos un gran plantel y la política económica la dictó siempre Comisiones. ¿Qué sentido tenía entonces hablar de correa de transmisión en política económica? Ninguno. Porque luego existe un elemento del que no se ha hablado: cuando hubo elecciones municipales en 1979 el Partido se llevó a los 350 mejores cuadros del sindicato. Si no se hubiera hecho eso, la escisión de 1981 no se hubiera producido y con Comisiones no hubiera existido ningún problema. Pero lo cierto es que nos dejaron con la retaguardia. Pero claro, yo no podía decir a aquellos chicos que no podían ser concejales de sus pueblos, porque aquello parecía más importante que quedarse en el sindicato. Pero tiempo después me vengué, porque cuando el partido necesitó a gente como por ejemplo Coscubiela les dije que no, que se quedaba en CCOO. ¿Qué hubo de correa de transmisión? Que la política económica era cosa nuestra: la política fiscal, la relacionada con el salario mínimo, Seguridad Social, etc. En el resto de ámbitos, que se apañara el partido.

Notícia del comiat de López Bulla com a secretari general de Comissions Obreres de Catalunya (La Vanguardia, 19 de desembre de 1995)
Noticia de la despedida de López Bulla como secretario general de Comisiones Obreras de Cataluña (La Vanguardia, 19 de diciembre de 1995)

 

Tiempo después de dejar la secretaría general de CCOO de Cataluña, dio el paso a la política institucional, como diputado en el Parlament en las listas de Iniciativa. ¿Qué recuerda de aquellos cuatro años que supusieron el final del Pujolismo?

Sí, eso fue cuatro años después de dejar la secretaría general del Sindicato, en 1999. Rafael Ribó ya me había insistido constantemente para que fuera diputado en el Congreso años atrás, en la última etapa de Felipe González como presidente del gobierno. A través de Jordi Guillot, Ribó pidió a Pere Portabella y a Manolo Vázquez Montalbán que me convenciesen para sustituir a Ramon Espasa, que entonces era el jefe de filas en Madrid, y con quien por cierto siempre tuve una excelente relación. Y llegó un momento en que me harté de tanta insistencia. Un día vinieron a buscarme al Sindicato, a Via Laietana, para ir a comer, y les dije: "¿vosotros creéis que voy a dejar este palacio -en referencia a la sede de CCOO- para irme al Partido?". Espasa no estaba al tanto de aquella operación, me di cuenta en un acto con motivo del Once de Septiembre de aquel año en que su esposa, Carme Sans, se me acercó para echarme en cara lo que supuestamente estaba tramando a espaldas de Espasa, cuando yo no había tenido absolutamente nada que ver. Cuando acepté finalmente para ir de número 2 en las listas al Parlament de Cataluña, fue ya años después, en 1999. Pero sí es cierto que Ribó me había creado un problema de conciencia, en el sentido siguiente: "con lo que me ha dado esta gente, con lo que me han defendido, no puedo decirles que no".

López Bulla, junt a Antoni Gutiérrez Díaz
López Bulla, junto a Antoni Gutiérrez Díaz "Guti"

Estuve de diputado en la última legislatura de Pujol como presidente, entre 1999 y 2003, en que Maragall había ganado en número de votos las elecciones. En el grupo de Iniciativa estábamos Rafael Ribó, Joan Boada, Bet Font y Dolors Comas d'Argemir, además de un servidor. Decidí que me quería ir a mitad de aquella misma legislatura, cuando me enteré por la prensa que se había decidido que Iniciativa pidiera el ingreso en los Verdes europeos. En aquel momento pensé que quizá hacían bien en pedirlo, porque seguramente era la única salida, pero aquellos no eran los míos. En una conversación con Joan Boada recuerdo que le planteé la posibilidad de dejar el acta de diputado, pero me convenció para que siguiera. Y así, hasta 2003.

 

El grup parlamentari d'Iniciativa per Catalunya durant la legislatura 1999-2003
El grupo parlamentario de Iniciativa por Cataluña durante la legislatura 1999-2003

 

¿Cree usted que CCOO y el PSUC jugaron un papel importante en la integración de la inmigración de los años cincuenta y sesenta y en la formulación de aquel famoso lema de "Catalunya, un sol poble"?

Llevo tiempo intentando investigar cuál es el hilo conductor del debate que llevó al PSUC a hablar de la integración de la enorme masa de emigración de los años cincuenta y sesenta hasta aquel apotegma de "Catalunya, un sol poble". Hay que convenir que en el PSUC no existía un gran corpus teórico que llevase a relacionar in itinere la integración en Cataluña. ¿Cuál fue la clave entonces? Bajo mi punto de vista, la construcción de una clase obrera en Cataluña anterior al PSUC y a la Guerra Civil, y cómo esa clase obrera fue creando una nueva hermandad social entre unos y otros, no exenta de polémicas. Pasionaria explicaba que en las minas de su pueblo, en el País Vasco, había una pugna entre los trabajadores vascos de origen y los aragoneses que trabajaban allí. Aquello estaba presidido porque los encargados fomentaban la competitividad entre grupos, y los aragoneses cantaban incluso jotas si conseguían sacar más carbón que los vascos, y claro, eso luego comportaba discusiones en las tascas. Aquí en Cataluña eso no se dio. ¿Hubo resquemor? Sí, pero no quebró la espina dorsal de la conllevancia o la buena relación.

Recuerdo que, llevando poco tiempo viviendo en Mataró, me invitó a comer a su casa Pitu Moragas, compañero de lucha sindical. Yo no tenía aún la educación convencional de llevar a la casa donde te invitaban un ramo de flores o una botella de vino, y me presenté allí a cuerpo gentil. Entonces, vi que me servían una Xibeca, un vermú, mejillones, patatas del churrero, y luego paella para comer... Cuando salí de comer de aquella casa comprendí que aquello era un hecho antropológico positivo. El PSUC eso lo cuidó, o mejor dicho, no le importó el origen de las personas. Pero vaya, creo que es un poco petulante decir que eso lo creó el PSUC en solitario. En Comisiones Obreras todo se daba con gran naturalidad, porque como había una reivindicación que nos unía, no importaba si quien tenía al lado era de aquí o de allá, lo importante era unirnos para pedir lo que nos correspondía.

 

 

Dues instantànies de la visita que Marcelino Camacho va fer a Mataró el 15 de gener de 1977
Dos instantáneas de la visita que Marcelino Camacho hizo a Mataró el 15 de enero de 1977

 

¿Qué recuerda de los años de la Transición, ahora que parece que desde determinados sectores se pone en tela de juicio el papel de las organizaciones antifranquistas, argumentando que cedieron demasiado? Su amigo Manolo Vázquez Montalbán hablaba de una correlación de debilidades...

Lo que siempre he dicho es que hay que diferenciar dos cosas. Primero: si hablamos de un debate académico, no hay solución posible. Y segundo: si el debate es político, la única solución la traerá el tiempo, que irá haciendo aprender a unos y a otros los errores de la parte que podría haber hecho supuestamente más y los que podrían haber hecho menos. Como digo, si la clave es política, paciencia, no hay otra solución.

 

Dues instantànies de la visita que Santiago Carrillo va fer a Mataró el 30 de juny del 1979
Dos instantáneas de la visita que Santiago Carrillo hizo a Mataró el 30 de junio del 1979

 

¿Qué representó para CCOO pasar de movimiento sociopolítico a sindicato legal?

Es cierto que durante la dictadura no éramos legales, pero lo cierto es que no hacíamos vida extralegal. ¿Qué diferencia había entre reunirnos en la sede del Sindicato Vertical o luego hacerlo en el local de CCOO en la calle Amalia de Mataró? ¿Qué diferencia había entre negociar con el jurado de empresa o después con el comité? La manifestación que me dio la confianza de que se había abierto una etapa que era ya imparable fue la reacción del pueblo de Madrid a los asesinatos de los abogados de la calle Atocha, en enero de 1977. Ahí ya no había marcha atrás. El sindicato se legalizó en abril de aquel mismo año.

 

López Bulla, junt a Valdi, Dani, Clemente, Puerto i Camacho, en un míting de CCOO, el 1985
López Bulla, junto a Valdi, Dani, Clemente, Puerto y Camacho, en un mitin de CCOO, el 1985

 

Usted fue secretario general de CCOO de Cataluña entre 1976 (si bien las lideraba desde 1972) y 1995. ¿Cuál cree que fue el principal hito de aquella etapa al frente del sindicato?

Lo más destacado de mi etapa creo que fueron las consecuencias de la huelga general del 14 de diciembre de 1988: Propuesta Sindical Prioritaria (PSP), ley de seguridad e higiene en el trabajo, mayor consideración hacia el sindicato, respeto hacia un sujeto que cuando se lo proponía era intimidante, etc. Porque hoy el sindicato no es un sujeto intimidante y nosotros sí lo éramos. Respetuosamente intimidante.

 

Dues instantànies d'actes de celebració del 25è aniversari de Comissions Obreres de Catalunya (1989)
Dos instantáneas de actas de celebración del 25.º cumpleaños de Comisiones Obreras de Cataluña (1989)

 

¿Cómo pueden luchar hoy los trabajadores en el modelo económico actual, en que no se sabe realmente quién es el patrón?

Yo creo que siempre hay un sujeto que puedes identificar como la contraparte. Quizá no la ves, pero sí ves a la nomenclatura, porque hay "managers" que tienen más poder que el propietario. Es un mito que la clase obrera no tenga contraparte, el problema es que a veces no queremos verla. La obsesión no debería ser identificar a la contraparte, sino a aquellos trabajadores que no están organizados.

Otra anécdota: recuerdo hace muchos años una cena en casa de Montserrat Roig y Quim Sempere en que estaba presente el historiador Eric Hobsbawm, que nos explicaba que el elemento de identificación de la clase obrera en el siglo XIX era la gorra. Pues mira, un día, viendo pasar la procesión de "la Greñúa", la virgen de la Misericordia del barrio del Realejo de Granada, la imagen popular por excelencia, me di cuenta de que el elemento de identificación de la gente que había allí era el chándal. ¡El chándal! ¿A cuento de qué explico esto? A que la clase obrera se ha mitificado en exceso, aquí está uno de los problemas de la izquierda. "Con lo que fuimos, y nos dijeron que nos íbamos a comer el mundo entero, y mira lo que somos...".

 

David Bote, Alcalde de Mataró, i José Luis López Bulla, durant l'acte institucional amb motiu del Dia de la Constitució (4 de desembre de 2015)
David Bote, Alcalde de Mataró, y José Luis López Bulla, durante el acto institucional con motivo del Día de la Constitución (4 de diciembre de 2015)

 

Para concluir: ¿algún apunte sobre la situación política actual?

Mientras el Partido Popular tenga la misma actitud que ahora, estaremos empantanados. El PP se ha convertido en un enorme saco de cometer errores. Hace unas semanas hablaban de una moción de censura contra Pedro Sánchez... Se meten con Teresa Ribera, fracasan pero al mismo tiempo la hacen más popular. Con esta bronca la han realzado y han provocado un cristo en el Partido Popular Europeo. No se han dado cuenta de que quien ha provocado todo esto ha sido Weber, que es quien ha salido ganando, y el pobre Feijóo no sabe cómo salir del entuerto. El PP tiene una triple crisis: una crisis de representatividad provocada por una crisis de liderazgo, una crisis de proyecto y una crisis de implantación. Y quien sale ganando a causa de la torpeza de Feijóo es Vox y Ayuso.

 


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