El alcalde David Boto planteó un silogismo de apariencia irrefutable sobre una Fiesta al Cielo que ni a él ni a su partido nunca los ha convencido. Si el acontecimiento, tal y como defendía de manera encarnizada su socio circunstancial al gobierno y enemigo político histórico (CiU), dejaba un rédito tan positivo en Mataró tanto en el ámbito económico como de promoción de ciudad, pues se tendría que poder financiar prácticamente solo. Las empresas, si era así, se pelearían para apoyar. La condición que el PSC puso para integrarlo dentro del pacto de gobierno fue que hasta un 57% de su presupuesto (300.000 de los 520.000 euros totales) proviniera de patrocinadores privados. Esta era la prueba de fuego de la Fiesta al Cielo, demostrar que realmente era sostenible, más allá de balances triunfalistas e interesados. La respuesta, desde esta perspectiva, ha sido uno no rotundo (sólo se han logrado 97.000 euros) y la cancelación, por lo tanto, justificada. "Una decisión coherente" ha dicho Boto.
El PSC puso una condición clara a CiU: si tan positiva era la fiesta, se tendría que financiar prácticamente sola
No será hoy ni mañana, pero de aquí a un tiempo, y especialmente cuando se acerquen las próximas elecciones municipales, seguramente el PSC intentará echar el muerto de la Fiesta al Cielo a CiU (que son las siglas que mantiene el grupo municipal en la ciudad). Ellos fueron quién apostaron por este festival y quien exigieron que se mantuviera como condición para formar gobierno con los socialistas. También quien en el reparto del cartipàs se quedaron con Promoción Económica, desde dónde han intentado infructuosamente encontrar prous patrocinadores. El tel dejado por los paso de los años dará alas al partido de Boto para defender que aquello -que ya quedará lejos- en realidad no iba con ellos, que era responsabilidad de sus socios, que nunca habían creído tal y como dejaron claro en la campaña previa, y que cumplieron con el compromiso de cancelar la fiesta si no surgían suficientes patrocinadores privados. El ABC de la política partidista los impulsará a actuar así. En la rueda de prensa de ayer martes ya quedó patente cómo, mientras Quim Fernàndez (CiU) seguía apostando por las bondades del espectáculo aeronáutico e incluso defendía que se habría podido hacer a pesar de la carencia de patrocinadores, Boto marcaba distancias y aseguraba que era la cancelación era una "mala noticia" pero "la mejor decisión para Mataró".
Pero el que no podrá borrar el PSC es que eran ellos quien encabezaban el Ayuntamiento que no se atrevió a liquidar la Fiesta hasta que faltaban poco más de dos meses para la celebración de la misma. A pesar de no creer en las bondades del acontecimiento, constatar un día detrás el otro que a su propia tibieza se añadía la oposición frontal de cuatro de los nuevo grupos con presencia al Pleno, ser conscientes que los patrocinios no llegaban, y tener claro que la respuesta ciudadana verso la fiesta, por muchas cifras que se esgrimieran, no era entusiasta; a pesar de todo esto, apostaron por la fuga adelante, para enviar una pilotada a campo contrario a ver qué pasaba. El resultado: suspender la fiesta cuando se tenía casi a tocar, cuando los servicios municipales ya hacía meses que trabajaban y, sobre todo, cuando ya se habían firmado contratos con varias empresas encargadas de salirla adelante. Su cancelación tendrá un coste mínimo de 50.000 euros para el consistorio, el precio de la temeridad cometida por el gobierno para no frenar a tiempo.
El gobierno ha apostado por la fuga adelante, a ver qué pasaba, hasta casi a las puertas de la tercera edición de la fiesta
La Fiesta al Cielo nunca ha disfrutado de suficiente consenso político y social, y esto es el que lo ha liquidado. No lo ha tenido ni ahora que se ha cancelado, ni hace un año cuando se firmó el pacto de gobierno. Empezando por el propio alcalde, que en campaña afirmó que el dinero destinado en la fiesta se tendrían que haber dirigido a atender los mataronins más desfavorecidos. La oposición al espectáculo aeronáutico ha sido clave para articular y hacer visible un frente común de los partidos de izquierdas (ERC, VoleMataró, CUP e ICV) al Ayuntamiento. Las voces contrarias también se han dejado sentir en la calle, pero con menos fuerza. La plataforma 'Fiesta al Cielo, no gracias' ha reunido una cuadragésima de entidades, comercios y asociaciones, pero en la última manifestación convocada para protestar contra la fiesta, apenas había una cincuentena de personas ante el Ayuntamiento.
Por el contrario, el gobierno sí ha contado con el apoyo, explicitado a través de comunicados favorables a la fiesta, de la FAGEM, el Gremio de Hostelería y la Unión de Tenderos. Pero este tejido económico, tanto el local como el del conjunto del país, es el que ha fallado al consistorio a la hora de la verdad. Cuándo ha llegado el turno de poner calara a cambio de asociar el nombre de la empresa o la marca al acontecimiento, no ha habido basta empresarios dispuestos a rascarse el bolsillo. Entre ellos lo de Mataró Parco, que el 2015 aportó 100.000 euros para acontecer el principal patrocinador y este año, en cambio, ni un céntimo. "El tejido económico y comercial no ha respondido" ha reconocido el primer Teniente de Alcalde, Quim Fernàndez (CiU).
Carencia de entusiasmo
Fernàndez ha admitido que no han "encontrado entusiasmo en el sector económico local". Algo que se ha puesto de manifiesto de manera especialmente sangrando cuando la empresa especializada al captar espónsors contratada por el Ayuntamiento ha sido incapaz de aportar ni un euro para la fiesta. Esta carencia general de entusiasmo y de consenso verso el acontecimiento, tanto por parte de las empresas como de los partidos políticos y de la población en general, han dejado clara la naturaleza fugaz de la Fiesta al Cielo, una seta que cayó en Mataró del nada, que ha sido incapaz de arraigarse en la ciudad, y que vendía acompañado de demasiada munición (la presencia de aviones militares como única garantía de espectáculo, la carencia de vínculos de Mataró con el sector aeronáutico) para nutrir los argumentos en contra.
Comentarios