La Nave Minguell será suyo de la Escuela Municipal de Música

La Escuela Municipal de Música nació en Mataró en 2009 y desde entonces no ha parado de crecer en número de alumnos y en su oferta de cursos de todo tipo de instrumentos. Una de las características del proyecto ha sido, desde entonces, la carencia de una sede central; el EMMM ha sido siempre distribuida en varios equipamientos municipales, como por ejemplo centros educativos. Una apuesta con la cual se ha pretendido aproximarse al máximo número de alumnos de la ciudad, sean del barrio que sea, pero que también ha generado críticas puesto que, desde ciertos sectores, se había visto como una excusa para no hacer la inversión necesaria en una sede propia para la escuela.

Esto cambiará, como mínimo en parte, después del anuncio hecho por el Ayuntamiento que invertirá 350.000 euros al condicionar la Nave Minguell como sede administrativa de la EMMM. El Edificio, ubicado al sector de La Habana-Matadero, también acogerá varias aulas de la escuela. La Nave Minguell ha tenido una trayectoria complicada; el antiguo edificio industrial fue completamente renovado por el Ayuntamiento para convertirlo en sede de empresas dedicadas en el mundo del audiovisual, bajo el amparo del proyecto TecnoCampus. El proyecto, pero, nunca llegó a cuajar y la inversión millonaria acabó siendo un fiasco. Desde entonces, el edificio ha acogido varias iniciativas privadas, entre ellas una escuela de idiomas que sigue ofreciendo su actividad.

La reconversión de la Nave Minguell es uno de los proyectos que se financiarán a través de la modificación presupuestaria por valor de 1,36 millones de euros aprobada por el último Pleno municipal. Esta modificación permitirá disponer de remanente de tesorería del ejercicio 2018. Otras inversiones previstas son la mejora de equipamientos municipales (328.633,01 €); el nuevo Casal de Gente mayor de La Habana (300.000 €); medidas de balizamiento y señalización de rieras (140.000 €); pista de petanca a La Llàntia (90.000 €); equipamiento informático del Instituto Miquel Biada (60.000 €); cámaras de vigilancia (50.000 €) y otras necesidades.