La subasta inmobiliaria de la finca que ocupa Can Fugarolas a Mataró se cerró jueves sin ninguna oferta, quedando por lo tanto deserta. La temença inicial de la Federación que desarrolla el proyecto de taller de reparaciones culturales, sociales y sostenibles de tener una nueva propiedad que no los tuviera en cuenta como inquilinos queda, de momento, aplazada pero no desvanecida. El caso proseguirá porque forma parte del proceso de embargo hipotecario del propietario. La asamblea de usuarios todavía ahora una 'segunda fase' de la lucha para mantener Can Fugarolas al barrio.
La subasta, en la que la finca salía a la venta del mejor postor a partir de un precio de más de 16 millones de euros se cerró sin ninguna oferta. Can Fugarolas, juntamente el Colectivo Ronda, habían intentado frenar la operación, que finalmente quedó desierta. Esto no elimina, pero, la amenaza inmobiliaria de un terreno que en el planeamiento urbanístico vigente tiene previsto de ubicar tres bloques de pisos, comercios, una plaza y una aparcamiento subterráneo. Solo aplaza esta parte de la disputa.

La subasta ha quedado desierta
La Federación de Can Fugarolas celebró que la subasta no se resolviera en las redes y encarará a partir de una asamblea extraordinaria de todos sus colectivos la 'segunda fase' de resistencia contra la amenaza de una nueva propiedad que quiera adquirir a la Sareb la propiedad, un golpe esta le encuentre salida para saldar la deuda hipotecaria de la propiedad.
En cierto modo, que la subasta quedara desierta era una de las hipótesis más probables desde que se conoció la salida a subasta inmobiliaria de toda la finca. Del mismo modo que ningún fondo inversor ha querido entrar el precio de 16 millones que fijaba este procedimiento, es muy probable que sea a partir de ahora, con el embargo completo de la propiedad y la posibilidad de los inversores de negociar directamente con la Sareb, que el espacio Can Fugarolas pueda cambiar de manso por un importe menor.
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