Ramon Bassas, opinión
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Ramon Bassas

Les Santes de 2022, hagamos una gran fiesta

Ramon Bassas, asesor de comunicación y exregidor del Ayuntamiento de Mataró, propone en este artículo una gran Fiesta Mayor para el año que viene

El año que viene, 2022, hace años redondos de unas cuántas cosas que tienen que ver con Las Santas. La más importante es el 250 cumpleaños de la llegada de las reliquias de las santas Juliana y Semproniana a Mataró (1772) y, por lo tanto, el inicio de facto de la conmemoración pública que ha acabado aconteciendo nuestra fiesta mayor. La fiesta, pero, todavía tiene un precedente más antiguo, porque el 26 de julio del año 1682 empezó a celebrarse en carácter más privado, o sea, hará 360 años. Hará también 120 años que los mataronins votaron por referéndum hacer de Juliana y Semproniana nuestras patronas. Y, todavía más, en 2002, hace veinte años, el añorado Jordi Cuyàs (en paz descanse) representó el martirio de Las Santas en un magnífico esgrafiado (del cual servidor tuvo el honor de promover su catalogación, ocho años más tarde), al lugar del Camí Ral de la Mercè donde había la placa conmemorativa del primer acontecimiento que he mencionado. Todo liga.

Este artículo, ciudadanos y ciudadanas, señores del Ayuntamiento, santeros de pro, es para pedir que todo ello sirva de excusa para hacer una gran fiesta en 2022, una de muy gorda. Depende de cómo vayan las cosas todavía este año, quizás será el primero que podremos retomar un formato más o menos normalizado de la fiesta (tocamos madera), después de la dichosa pandemia. Todo ello es una perfecta excusa para reencontrarnos, para festejar que vivimos juntos, sí, pero también para reflexionar sobre nuestras formas de hacerlo, para valorar la tradición y la historia locales y para sacar algunas conclusiones que, por lo menos, nos hagan más sabios.

Cómo que con los días de la fiesta mayor no tendremos bastante, y hace demasiado calor, esto lo podríamos hacer desde meses antes. Tenemos una buena pandilla de historiadores de gran nivel que nos lo pueden explicar con conferencias, exposiciones, webinars, concursos a la tele, que sé yo. Que nos expliquen qué, sí, pero también lo por qué, sobre todo lo por qué. Pongo algunos ejemplos. ¿Cómo es que eran tan importantes las reliquias, especialmente en el Barroco, y qué relación tenían, posamos, con las pandemias? ¿Podemos vincular la estrategia de las reliquias con otras que la ciudad tejía para competir a la Cataluña preindustrial? ¿Es el Romanticismo el factor de los cambios de valores de fondos promueven pasar del reciente culto a Santo Desiderio al inmediato de Las Santas? ¿Cómo es que el culto y la fiesta de Las Santas crecen paralelamente al enorme desarrollo industrial de la ciudad del siglo XIX (el tren y la Misa de Padre Blanch, casi coincidentes)? ¿Y las guerras, qué importancia tienen en aquel contexto, que hace que resuene tan alto el Dona nobis pacem del oficio?

L'Ajuntament retalla un 30% del pressupost de Les Santes. Foto: R.Gallofré

Imagen de archivo de la 'Crida' Foto: R.Gallofré

Pero no tan solo el ámbito de la historiografía puede ser interpelado. ¿Qué es la función simbólica de la religiosidad popular? ¿Qué elementos de la cultura popular contemporánea lo heredan? ¿Por qué nos fascinan las deidades (o santos) desdoblados, desde el hinduismo al Janus romano hasta santo Nin y san Non, o santo Cosme y santo Damià, o nuestras patricias romanas?

Y, todavía diría más. Contemplando el esgrafiado de Cuyàs del cual os hablaba, pintado cómo si fuera un retablo en medio del ruido de coches y peatones (y que merecería una pequeña restauración), las preguntas que me venden sueño absolutamente contemporáneas, no de hace tres, o veinte, siglos. ¿No os recuerda, el mito del martirio de dos chicas inocentes, las guerras de ahora? ¿No os hace pensar en la violencia contra las mujeres? ¿Qué significa, pues, posar en el centro de nuestra ciudad, y de nuestra fiesta, el testigo y memorial de las víctimas? Hagámosla grande y hablemos.

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