La preinscripción escolar para el curso 2025-2026 en Mataró, que se encuentra en fase de jornadas de puertas abiertas en escuelas e institutos, viene marcada por el anuncio, la semana pasada, del cierre de dos líneas de I3 en centros públicos, las escuelas Rocafonda y Camí del Mig. Un hecho que desde el departamento de Educación y el propio Ayuntamiento se ha justificado por la supuesta "sobreoferta" en las zonas donde están situados, y por el descenso de la natalidad.
La decisión es controvertida, como siempre lo es la elección de "recortar" líneas en centros educativos, y en este caso lo es especialmente por varios motivos. En primer lugar, por afectar a una escuela de máxima complejidad como es Rocafonda, y por ir en contra de los criterios de planificación educativa acordados por unanimidad en Mataró (que reclamaban evitar pérdidas de líneas en este tipo de escuelas y proponía fusionar centros antes de cerrar segundas líneas).
Pero la otra cuestión que se ha puesto sobre la mesa es que sea de nuevo el sistema escolar público de la ciudad, y no el concertado, el que haya recibido el recorte. Como ya pasó hace dos años con la escuela La Llàntia y como se intentó, el pasado, con Germanes Bertomeu, donde la lucha feroz de su comunidad educativa y posiblemente el color político diferente de Generalitat y Ayuntamiento permitieron frenar el cierre de la segunda línea de educación infantil.
A la pública es a quien le toca recibir, en la ciudad y en el conjunto del país, donde las previsiones de la Generalitat son reducir 83 grupos de I3 y 1º de ESO el próximo curso, casi ninguno de ellos en la concertada. Un hecho que, si se tiene en cuenta la demanda de plazas escolares como criterio para tomar estas decisiones, choca con las cifras registradas en Mataró en el último año.
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Cierre de una línea de la Escuela Rocafonda. Foto: R.Gallofré
La preinscripción en públicas y concertadas
Los datos de preinscripción en Mataró para el curso vigente, 2024-2025, a los que ha tenido acceso Capgròs, muestran que el conjunto de centros públicos de Mataró ofreció 576 plazas de I3, de las cuales se solicitaron como primera opción 573, dejando solo 3 vacantes. En cambio, la concertada contaba con 494 plazas, de las cuales solo se cubrieron 443, dejando un total de 51 vacantes. Este desequilibrio contrasta con la decisión de recortar plazas en la pública cuando la necesidad de reducción, siempre según el criterio empleado, parecería más evidente en la concertada.
Sin entrar en el detalle de cada caso, hubo un centro concertado que sumó más de 20 vacantes entre las plazas ofertadas y las escogidas por las familias como primera opción, y dos más con una decena de plazas vacías. Algo que no es exclusivo de la concertada, ya que entre los centros públicos de Mataró también los hubo con un importante desequilibrio entre las plazas ofertadas y la elección en primera posición por parte de madres y padres.
En el caso del sistema público, sin embargo, el balance final es prácticamente cero porque las vacantes en algunos centros se compensan con el exceso de demanda en otros. En concreto, las escuelas públicas del Centro y Eixample de la ciudad -Angeleta Ferrer, Anxaneta, Montserrat Solà y Joan Coromines- así como Maria Mercè Marçal, registraron más peticiones en primera posición que plazas ofertadas, en dos casos por encima de la veintena.
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Germanes Bertomeu es una de las escuelas que más ha luchado contra la estigmatización. Foto: Cedida
Sobreoferta y segregación
El desequilibrio en la demanda escolar en los centros públicos de Mataró es uno de los principales problemas que afronta la planificación educativa en la ciudad, y que ha llevado al Ayuntamiento a argumentar la "sobreoferta" en determinadas zonas, como Pla d’en Boet o Rocafonda, partiendo de la base de que en el centro de la ciudad se sufriría exactamente la situación contraria. En este ámbito, sin embargo, entran en juego otras variables, como la segregación escolar (centros que concentran mucho alumnado vulnerable, entre ellos de familias inmigrantes de países pobres, mientras que otros tienen mayoritariamente alumnado ordinario o de clase acomodada), un fenómeno que no solo se da entre escuelas públicas y concertadas. Dentro del mismo sistema público de Mataró, se establece de facto una "doble red" con un reparto muy desigual de este alumnado.
Este hecho conlleva un fenómeno de estigmatización de determinados centros educativos en la ciudad, sobre todo los ubicados en la periferia más pobre, un hecho reconocido por el propio Ayuntamiento. Escuelas ignoradas sistemáticamente por las familias, que reciben un número de visitas durante las puertas abiertas muy inferior al de otros centros, y que el consistorio ha querido ayudar a revertir este año impulsando vídeos promocionales de cada centro, donde se expone su proyecto educativo y donde no se dice el nombre hasta el final para paliar la citada estigmatización.
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