El Corte Inglés ha denunciado al Ayuntamiento de Mataró. El Ayuntamiento tiene una contrademanda preparada, si es el caso, para defenderse. El solar donde se alzaba Can Fàbregas y de Caralt sigue como lleva años, abandonado y en espera allí en pleno centro de Mataró y la fábrica harinera que había, a pedazos, en Vallveric. Los últimos acontecimientos han vuelto a poner sobre la mesa el caso estrella de lo que llevamos de siglo en la capital del Maresme, que tiene forma de rompecabezas y al que le quedan piezas por encajar. Cada pieza, como en los puzzles complicados, parece que pueda encajar y al mismo tiempo es todo un enigma.
Estas son las cinco partes de la respuesta a la pregunta del millón: ¿y ahora qué?
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El futuro de la propiedad del solar El solar es propiedad de El Corte Inglés que reclama el importe pagado. El proceso judicial dirimirá ahora si la empresa tiene razón o si el Ayuntamiento -que planea una contrademanda- también puede reclamarle al operador por no haber cumplido los plazos del contrato y el concurso público ganados y, por ejemplo, no haber hecho el aparcamiento al que se había comprometido. Sea en un sentido o en otro, el litigio judicial -ampliable a instancias superiores y que por tanto se demorará en el tiempo- acabará con una sentencia y una cifra, a partir de la cual se verá cómo queda la pieza urbanística.
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El desarrollo de todo el sector El solar de Can Fàbregas forma parte del denominado polígono discontinuo con la zona de la ronda Barceló y también el sector superior, por encima de la Calle Biada. Toda la zona lleva empantanegada el mismo tiempo que el solar ha estado parado y ahora, con las cartas otra vez sobre la mesa, pueden llegar cambios respecto a las calificaciones y proyectos de la zona que incluye por ejemplo la instalación de equipamientos, nuevas promociones o espacio público. Un sector relevante, el más importante dentro de la trama urbana de la ciudad, que puede tener que rediseñarse o modificarse.
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El operador que opte al solar Los planes del Ayuntamiento, una vez se solvente el embrollo de El Corte Inglés, siguen pasando por instalar en el solar un gran operador (la locomotora comercial, se decía hace 20 años) que a su vez permita un gran aparcamiento subterráneo debajo. Por la dimensión en metros cuadrados de la zona, el número de posibles operadores a instalarse es limitado y, de hecho, muchos de éstos ya se habían interesado. Cuando se resuelva el embrollo judicial, la solución volverá a pasar por estos mismos sujetos pero con nuevas condiciones y precio que los hasta ahora pedidos por la propiedad.
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La calificación y volumetría 25.000 metros cuadrados para comercio, y 25.000 más de aparcamiento, más o menos. Y la fábrica, por supuesto. Más la urbanización del sector. Es lo que prevé la planificación de la zona que de momento no se ha tocado también por la presión de la sentencia que suspendió la modificación. Si vuelve a comenzar el proceso y hay que volver a iniciar la búsqueda de operador, una posibilidad que el Ayuntamiento siempre ha querido descartar en declaraciones públicas, pasaría por una nueva calificación y volumetría de la zona que, por ejemplo, contemple techo residencial donde no lo había: previendo viviendas, la rentabilidad del solar subiría. Pero exigiría una planificación nueva.
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Reconstruir la fábrica desmantelada La sentencia judicial de 2017 es clara. La fábrica de Can Fàbregas y de Caralt se tiene que reconstruir en su lugar original. Como ninguna parte ha instado a la ejecución de esta, la fábrica sigue abandonada y degradada en Vallveric pero todas las partes saben que habrá que hacer compatible su reconstrucción con el desarrollo del sector y que el precio de referirla ronda los 6 millones de euros. El Ayuntamiento de Mataró se ha llegado a ofrecer a asumir el coste para facilitar la operación. Otra cosa es el estado de las piezas de fábrica desmontada, degradadas y sin muchas de las piezas metálicas del sistema de desmontaje que ya hace años que fueron sustraídas.
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