Muere a los 101 años Manuel Vilatersana, "el hombre del cine" en Mataró

Manuel Vilatersana, figura clave en la historia del cine en Mataró, falleció este domingo 23 de febrero a la edad de 101 años. A lo largo de cuatro décadas, Vilatersana estuvo al frente de varias salas de cine emblemáticas de la ciudad, como el Foment, el Cerdanyola, el Núria y el Iluro, contribuyendo a su época dorada como centros culturales y de ocio.

En una entrevista con Capgròs en el año 2020, Vilatersana repasaba su trayectoria vinculada al séptimo arte. Desde pequeño, Vilatersana ya sentía fascinación por el cine y comenzó a colaborar en el Foment, ayudando en diversas tareas como vigilar la entrada y colgar la cartelera. Con el tiempo, se encargó de gestionar las proyecciones e ir a Barcelona para negociar con las distribuidoras la adquisición de las películas más populares del momento. Durante los años 50 y 60, en una época de gran competencia entre las salas de Mataró, destacó por su habilidad para traer los grandes éxitos cinematográficos a la ciudad.

En aquella época, Mataró contaba con varias salas de cine, como el Clavé, el Modern, el Iris, el Gayarre y el Monumental, y Vilatersana tuvo un papel determinante en la modernización del sector. Convenció a la junta del Foment para adquirir una máquina OSA, considerada la mejor del momento, y gracias a sus contactos con distribuidoras como Fides, logró programar filmes de gran reclamo para el público. Uno de sus recuerdos más vivos era la proyección de 'Los Tres Sargentos' en Navidad, cuando la afluencia de público fue tan grande que ni siquiera pudo hacer la comida familiar.

Unicines y el auge del Cine Iluro

A finales de los años 60, dio el salto a Unicines, la empresa de los hermanos Josep Maria y Teresa Coll, que había apostado fuertemente por el cine en Mataró. Con su experiencia, Vilatersana se convirtió en el encargado de gestionar tres nuevas salas: el Cine Cerdanyola, inaugurado en 1968 y uno de los primeros en Cataluña en proyectar películas en 70 mm; el Cine Núria, abierto en 1972 y con una capacidad aún mayor, que en 1991 se convirtió en un complejo de multisalas; y el Cine Iluro, inaugurado en 1976, una de las salas más prestigiosas de todo el Estado.

El Cine Iluro, con cerca de 1.200 butacas y un diseño espectacular del arquitecto Antonio Bonamusa, se convirtió en un referente. Destacaba por sus comodidades, su avanzado sistema de climatización y su acústica de alta calidad. Este cine fue considerado una sala de prueba por las grandes distribuidoras, que evaluaban el éxito de las películas a partir de su acogida en Mataró. La recaudación durante los fines de semana a menudo superaba el millón de pesetas, una cifra impresionante para la época.

La expansión y éxito de los cines de Vilatersana supusieron la progresiva desaparición de otras salas históricas de la ciudad, como el Clavé y el Monumental. Finalmente, el Cine Cerdanyola también acabó cerrando, siguiendo la tendencia general de pérdida de afluencia a las grandes salas de proyección. Vilatersana se jubiló a los 72 años, después de 44 años de dedicación al mundo del cine. Aunque el cine había sido su gran pasión, al retirarse prefirió alejarse de él y no implicarse en la nueva realidad del sector.

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