Todo Can Marfà para el Museo de Mataró: "Es viable y la única opción"

El conjunto fabril de Can Marfà acoge una parte del Museo de Mataró en su nave pequeña, la que está rehabilitada. Es el museo del género de punto, la última de las extensiones del Museo de Mataró pero mantiene la nave gorda pendiente de rehabilitar y de nuevos usos. Son muchos metros cuadrados que en más de una ocasión han formado parte de diferentes proyectos e ideas. Seguro que en tiempo pre-electorales cómo los que estamos se volverá a hablar. A la planta baja duermen las figuras institucionales pero todo el conjunto resta cerrado. Una idea antigua pero que ahora devuelve es la de destinar todo Can Marfà al Museo de Mataró por su apartado histórico y patrimonial.

"Es viable y es la única opción, no hay plano B". Con esta contundencia se expresa Anna Capilla, directora del Museo de Mataró, al habla de la "necesidad que la nave grande también se destine al Museo". Es un proyecto no inmediato, porque de hecho no hay quién lo abandere ni lo promueva desde el Ayuntamiento o los grupos municipales. Y porque además requeriría de rehabilitación, una obra importante que necesitaría de la involucració otras administraciones (autonómica, estatal o incluso europea). Se trataría de un equipamiento "de primera". Pero por más que sea hacer volar palomos, Capilla dice que hay que hablar y recuperar la idea: "Si no lo planteamos, seguro que no se hará. Hace falta que vuelva a estar a la agenda política", asegura.

"Más cosas que género de punto"

"El género de punto por si suele no se aguanta, hay que complementar"

Capilla agumenta que Can Marfà "tiene que ser más cosas que un espacio de género de punto, el textil por si suele no se aguanta y no somos bastante turísticos para sostenerlo". Defiende que ubicar el Museo a Can Marfà "generaría un nuevo punto de interés de ciudad, hay que trabajar bien el que tenemos de propio y entonces vendrán los turistas y rehabilitar la nave grande para el Museo nos permitiría poder lucir el que tenemos y no podemos enseñar ahora".

La cuestión es de concepto y también de metros cuadrados. Capilla defiende "hacer bien el proyecto, que sea amplio, si hace falta que mantenga allá las figuras pero que todo sea Museo". Supondría, sostenta Capilla, revalorizar Can Marfà. "La fábrica es patrimonio y a Mataró no tenemos mucha cosas con cara y ojos. Museïtzar-la nos permitiría dejar de tener los tesoros escondidos. De nuestro pasado romano ahora enseñamos la punta del iceberg", argumenta. Mantener como por ejemplo la historia de la ciudad circunscrita a Can Sierra "es un pez que se muerde la cola por falta de espacio" y de hacerse el proyecto de Can Marfà considera que "podríamos pasar de explicar Mataró por píldoras a hacerlo en su totalidad".