Bruce Springsteen i el nen mataroní
Bruce Springsteen i el nen mataroní

El regalo inolvidable de Bruce Springsteen a un niño mataroní

El Boss hizo subir a Jordi, de siete años y fan absoluto suyo, al escenario del Estadio Olímpico para regalarle su armónica

En Jordi, un niño mataroní que acaba de cumplir siete años, es seguramente el espectador que más feliz salió de entre las decenas de miles de asistentes a los dos conciertos que Bruce Springsteen y la E Street Band ofrecieron el fin de semana pasado en Barcelona, en el arranque de su gira europea. El niño, a primera fila en el show en el Estadio Olímpico del viernes 28 de abril, se llevó un regalo preciadísimo, la armónica de Springsteen, que la leyenda viva del rock le dio después de hacerlo subir al escenario. El colofón a tres horas imborrables y llenas de interacciones entre el autor de Born To Run y el niño de la capital del Maresme.

Fue al final de la quinta canción del setlist del primer concierto, 'The Promised Land', que Springsteen cerró con un solo de armónica, cuando el Boss indicó a los padres de en Jordi que lo subiera al escenario. Dedo y hecho, el niño se plantó a la pasarela y recibió como obsequio el pequeño instrumento, tan inseparable del músico de Nueva Jersey cómo sus guitarras. Este momento único fue atestiguado en las pantallas gigantes del Estadio Olímpico y por centenares de fotografías y vídeos grabados por los fans.

 

Vídeo del momento en el que le da la armónica

Jordi identifica las canciones del Boss al primer acorde y se sabe las letras

Jordi vio todo el concierto con su madre y a caballito de su padre, que es quien le ha inculcado su fervor por Bruce Springsteen. Mientras que su hermana pequeña muestra menos interés por Springsteen y por el rock en general (a pesar de que también le gusta la música y toca el piano), Jordi ha heredado esta pasión y se ha convertido en un un pequeño gran fan del Boss y de la música rock en general, hasta el punto que a sus siete años se sabe las letras no tan solo de los estribillos de los temas más famosos, sino de casi toda la discografía de la E Street Band. "Las identifica al primer acorde", dice su progenitor.

Fandel rock

Su pasión por la música rock va más allá; "cuando tenía cinco años nos pidió como regalo de cumpleaños un disco de Queen ", explica su padre. A su tierna edad ya ha ido a ver los Rolling Stones a Madrid, entre otros conciertos de bandas míticas, y también toca la guitarra y la batería, asistiendo en clase de la escuela KBMusic de Mataró. Así que la llegada de Springsteen a Barcelona, en su primera gira en siete años, era una cita absolutamente ineludible para él y su padre, y más teniendo en cuenta que se rumorea que puede ser la última del Boss.

 

Interacción entre Springsteen y el niño mataroní

El objetivo era tener la vista más privilegiada posible y, por lo tanto, estar primera fila. Pero esto exige un gran sacrificio a los fans. En lugar de la tradicional "acampada" días antes a la puerta del recinto, los seguidores más acérrimos de Springsteen organizan una cola virtual a la cual hay que ir tres golpes al día en las jornadas previas a "fichar" para guardar el turno. Esto implicó que padre e hijo se despertaran cada mañana a las 6 y cogieran el coche dirección al Estadio Olímpico, y volvieran en dos ocasiones más cada día, todo ello sin perder clases. "Y nadie te garantiza que salga bien, si hay problemas o peleas la organización de los conciertos lo corta de raíz", explica el padre, que afirma que lo plantearon a su hijo cómo una cuestión educativa y de aprendizaje: "Si quieres conseguir algo difícil, te lo tienes que trabajar, siendo consciente de que igualmente puede no salir bien".

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El momento que Jordi recibe la armónica de manos del Boss

El Boss interactuó con Jordi durando casi todo el concierto, señalándolo y chocando las manos

La jugada, pero, salió perfecta. Padres e hijo pudieron disfrutar de todo el concierto desde primera fila, y la presencia de Jordi no pasó paso desapercibida al Boss. El cantante, desde la primera canción, se fijó en la presencia entre tantos adultos de aquel niño de melena rubia que se sabía todas las canciones que cantaba. "Ya con el 'No surrender' con el que abrió el concierto, lo estuvo señalando, y después chocó las manos con él en varias ocasiones", señala el padre, que asegura que "el recuerdo más chulo que nos llevamos es todas las interacciones que hubo entre los dos durante todo el concierto". Springsteen se lo miraba, reía, se lo comentaba a su guitarrista Steve Van Zandt alucinando que un niño tan pequeño viviera así el concierto, lo señalaba durante las canciones, volvía a darle la mano... mientras el resto de fans se lo miraban con sana envidia.

El momento de hacerlo subir al escenario fue literalmente extraordinario, porque si bien es bastante común que Springsteen saque fans a escena, en esta gira lo está limitando mucho más, fruto de los protocolos Covid. De hecho, en todo el tour americano no lo había hecho nunca. Todo ello hace que la experiencia vivida por en Jordi sea realmente única. "Evidentemente el niño flipó, y todavía está en una nube, pero es tan pequeño que seguramente no puede todavía calibrar la dimensión de todo", explica su padre. "Cuando sea mayor, tomará más conciencia de cómo de extraordinario ha sido esto. Y el recuerdo nos quedará guardado para siempre jamás".

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El concierto del Boss al Estadio Olímpico

Y el domingo una púa

El relato tiene un epílogo: cómo los mejores fans, los dos mataronins también asistieron al concierto de Springsteen y la E Street Band de domingo 30 al mismo estadio Olímpico, donde el grupo ofreció un nuevo show maratoniano con algunos temas diferentes respecto a viernes. Esta vez no estuvieron a primera fila, sino a un lateral del escenario. Pero en un momento dado Springsteen los reconoció. Se acordaba perfectamente, cómo no, de aquel niño rubio. Y decidió obsequiarlo con otro regalo muy personal, en este caso una púa de guitarra. Un fin de semana, en definitiva, absolutamente inolvidable.

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