Los estragos de la DANA en la Comunidad Valenciana han generado una ola de solidaridad desde Cataluña. Muchos colectivos se han organizado para recolectar alimentos, ropa y dinero. Al mismo tiempo, cientos de personas se han desplazado este fin de semana largo a la zona cero para colaborar ‘in situ’. Por las calles de pueblos como Sedaví, Picanya o Paiporta se pueden ver catalanes arremangados para sacar barro, retirar escombros y repartir alimentos. “Se te rompe el alma viendo las noticias. Venir es lo mínimo que podemos hacer”, explican. Entre los desplazados hay, entre otros, miembros de las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF), bomberos de la Generalitat a título individual y una expedición de un centenar de personas organizadas desde Barcelona.
Por parte de las ADF, entre ayer viernes —aprovechando la festividad de Todos los Santos— y este sábado han bajado a la Comunidad Valenciana unos ochenta voluntarios desde distintos puntos de Cataluña. En el caso de los bomberos, también hay grupos de voluntarios de toda Cataluña colaborando en tareas de rescate y drenaje.
Aunque inicialmente las ADF dudaban de si la ayuda sería aceptada debido a las reticencias del gobierno valenciano, decidieron emprender el viaje “porque siempre hay tiempo de dar media vuelta”. El presidente de la Federación Penedès-Garraf, Francesc Martínez, explica a la ACN que de momento su labor se ha centrado en ayudar a los vecinos de Picanya a sacar agua de los aparcamientos subterráneos, colocar vallas en zonas peligrosas “y ayudar a todo aquel que lo pidiera”. “Es una ayuda que te sale de dentro”, asegura.
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Martínez relata que en 2019 participó en las tareas de recuperación tras la inundación en L’Espluga de Francolí (Conca de Barberà), que lo impactaron profundamente, pero asegura que el escenario con el que se han encontrado en la Huerta Valenciana les ha “hecho llorar”. “Cuando hablas con los vecinos y ves que puede haber 2.000 desaparecidos que probablemente serán víctimas mortales, se te pone la piel de gallina”, señala, destacando que espera que su ayuda “dé un poco de esperanza” a los damnificados.
Estos voluntarios están entregados a la causa, pero también destacan que el trabajo es “muy, muy agotador”, tanto física como mentalmente. Caminar durante horas con botas de agua en un palmo de barro, cargar bombas de agua y sacar escombros con palas los está dejando “exhaustos”. Un desgaste al que se suma el impacto emocional “cuando sabes que en los aparcamientos hay coches con personas atrapadas bajo el agua”.
"Obsesión por no molestar y hacer las cosas bien"
Paralelamente al voluntariado de perfil más profesional, desde Cataluña ha habido una gran movilización de la sociedad civil. Uno de los grupos organizados salió ayer viernes por la mañana desde Barcelona, articulados desde la Asociación por la Participación Política. Son un centenar de voluntarios “con la obsesión de hacer las cosas bien, sin molestar y con mucha conexión con las autoridades locales”, explica uno de los impulsores, Jordi Graupera, quien señala que el grupo se ha gestado a través de la página web voluntarisdana.cat.
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Entre los inscritos está Oriol de Marcos, de Sabadell. Él se apuntó solo a la expedición, y relata que ayer centraron su labor en organizar las toneladas de alimentos que habían llegado al pabellón de Sedaví, que previamente limpiaron de barro. El trabajo se prolongó hasta casi las cuatro de la madrugada, un esfuerzo que este sábado han complementado con la retirada de barro y escombros de las calles de Picanya y Paiporta. “Sobre todo queremos ayudar donde seamos útiles”, recalca, describiendo como “muy impactante” la imagen de las calles de todos los pueblos arrasados por la riada.
“Se te rompe el alma”, añade Alba Pujol, de Barcelona, quien comenta que ver las noticias de la devastación le despertó el deseo de unirse a la expedición. Aunque inicialmente se quedó sin plaza, una baja de última hora le permitió subirse a los dos buses, y sostiene que ir hasta Valencia “es lo mínimo que se puede hacer tras ver tanta gente que lo ha perdido todo”. Tras 24 horas colaborando en los municipios afectados, lamenta que “es muy conmovedor ver que la gente tardará semanas en recuperar su normalidad mientras los voluntarios regresan a casa a hacer vida normal”.
Está previsto que la próxima semana salgan nuevas expediciones de las ADF y los bomberos desde Barcelona hacia la Comunidad Valenciana. También están programados seis autobuses de voluntarisdana.cat, sin descartar nuevas expediciones a lo largo del mes de noviembre. Alba tampoco descarta sumarse de nuevo.
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