El litigio alrededor de la antigua escuela Menéndez y Pelayo de Mataró va escalando y cogiendo grado. La Tejedora, el proyecto que se ha establecido para "recuperar el equipamiento por la ciudadanía" advierte que si el Ayuntamiento prosigue con los planes de escombro y activa el desalojo opondrá resistencia activa. " posaremos la cara y el cuerpo", advierten. El colectivo reprocha en el Ayuntamiento "el error y la irresponsabilidad" de no interlocutar con ellos y también sus mentiras. La más elocuente, por ellos, es la del peligro estructural del edificio.
La Tejedora juzga falso que el estado del edificio de la antigua escuela sea peligroso. Se basan en el informe de una cooperativa de arquitectas que ha evaluado el edificio pero también en el propio expediente del Ayuntamiento dentro del proyecto de escombro. "No hay ningún informe que diga que el estado es ruinós. Tiene algún problema de humedades y deterioro de forjados por la carencia de mantenimiento pero ningún informe dice que sea amenazante", asegura el arquitecto Agàpit Borràs, que también ha inspeccionado el estado del inmueble. Borràs asegura que la propia arquitecta municipal defensa que el estado del edificio no es amenazante.
Defender un edificio singular
La Tejedora mira al pasado para posar en valor el edificio que se quiere derrocar para hacer un aparcamiento provisional. "Sabemos que esto de provisional es otra mentira cómo ya hemos visto al Triángulo de Molinos o el solar donde tenía que ir la Casa de la Fiesta a la calle de Miquel Biada, para no hablar del solar donde había Can Fàbregas", asegura la miembro del Sindicato de la Vivienda Pilar Sánchez. En la línea de los comunicados vecinales y de la UCM de reivindicar el espacio, desde la Tejedora vuelven a pedir que el Ayuntamiento "y especialmente el señor David Boto siente a hablar". Y posan la cesión de uso y la masoveria urbana como fòrmules para operar de acuerdo con la propiedad del espacio.
La singularidad del edificio del antiguo Menéndez y Pelayo lo han reivindicado tanto Borràs, que ha documentado que en origen era un albergue nocturno para pobres proyectado el 1932 por el prestigioso arquitecto local Lluís Gallifa Grenzner, como la histórica de Rocafonda y maestra jubilada Maria Majó que ha enmarcado la defensa de la recuperación del edificio en el historial de luchas para defender popularmente espacios de Mataró como el de Can Noé, Las Esmandies o el Café Nuevo.
Majó reprocha "que los jóvenes del Sindicato de la Vivienda tengan que tener más espíritu conservacionista de los edificios y más sentimiento y empujón por las formas de vida colectivas que no personas más grandes que ostentan responsabilidades" y ha hecho un llamamiento "a la mataronada a apoyar al proyecto, es un edificio a ganar por la ciudad".
La Tejedora "hace falta y por eso estamos"
La Tejedora todavía no está informada de los pasos administrativos del Ayuntamiento, que en cuestión de días puede iniciar el proceso de desalojo. Pilar Sánchez reprocha a los partidos de gobierno "su clara irresponsabilidad de no querer sentar a negociar con las clases populares" y asegura que "ignoran los barrios castigados por el paro, la pobreza, las familias abandonadas y la ciudad ciudad entregada a las mafias, los bancos y los fundes buitres".
Ante esta realidad, acompañada de dos diferentes personas y enumerando los proyectos sociales que se llevan a cabo en el espacio, la portavoz del Sindicato ha concluido asegurando que "seguiremos trabajando porque creemos firmemente en la necesidad del espacio y por eso estamos".

Un vecino branda un cencerro contra la Tejedora
Protesta vecinal durante la rueda de prensa
La anécdota de la rueda de prensa de la Tejedora ha sido la protesta de un vecino próximo al espacio que ha interrumpido el acto brandant un cencerro en protesta por las molestias acústicas que los generó un concierto de rape el pasado sábado al espacio. Después de unos minutos de protesta se ha retirado también cuando otra vecina le ha reprochado la escandalera de su propuesta. Una familia se ha añadido a la protesta puntual del señor desde su balcó.
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