De un día por el otro, de manera tan terrible cómo inesperada a pesar de la amenaza creciente, el horror de la guerra se ha desatado sobre los ucranianos. La invasión del ejército ruso ha convertido el país del Europa del este en un infierno para sus habitantes, y genera pesadillas y una enorme preocupación entre los ucranianos que viven en el extranjero y que tienen familia y amigos en sus país de origen. En Mataró hay censados 113 vecinos y vecinas de nacionalidad ucraniana. La mayoría prefieren no hablar con los medios de comunicación, demasiado afectats por la situación que viven, pero recogemos el testigo de tres de ellas.
"Nunca me habría imaginado maldiciendo la bandera rusa"
Nataliya Yan sufre por sus familiares y amigos en su ciudad de origen, Kherson, al sur del país
Nataliya Yan es originaria de Kherson, ciudad situada al sur de Ucrania. A pesar de que hace 24 años que vive aquí (tiene una tienda de moda en la calle Montserrat de Mataró, y reside con su marido en Teià), asegura sentirse "ucraniana hasta la médula". Cómo es obvio, estos días está viviendo "una pesadilla". Nataliya tiene un hermano en Kherson, que sufre discapacidad, y sus cuidadores tuvieron que huir al estallar la guerra, para cuidar de sus familiares al norte del país. "Hasta el sábado no pude contactar con él, está bien pero me hace sufrir mucho", asegura.
Nataliya Yan, con una bandera ucraniana en su tienda mataronina. Foto: R. G.
Familiares y amigos de la zona, donde la Nataliya suele pasar un mes al año cada verano, no paran de enviarle fotografías y vídeos que muestran los destrozos provocados por el ejército invasor. Un pueblo de los entornos completamente destruido, una ambulancia tiroteada, familias refugiándose día y noche en los sótanos de las casas, tiendas cerradas o sin vívers... "Soy hija de la antigua Unión Soviética, y considero que somos pueblos hermanos, tengo familia y amigos a Moscú y nunca me habría imaginado que diría 'maldita bandera rusa!", lamenta la maresmenca.
A pesar de que ha recibido apoyo de rusos y bielorrusos, lamenta que hay personas de estas nacionalidades que apoyan a la invasión. "Dicen que nos lo merecemos por haber intentado entrar a la OTAN y a la Unión Europea, me parece que no están bien de la cabeza", asegura. La Nataliya tiene claro que Ucrania "no quiere estar bajo el mando de nadie" que no sea de los propios ucranianos, y que seguirán haciendo frente al invasor. "Pero tenemos miedo porque no sabemos cómo ni cuándo acabará esto, están bombardeando hospitales y orfanatos, disparando a civiles... lo que ha hecho Putin es de auténtico chalado, se exclama.
"Tengo los padres a 3.000 kilómetros, asediados. Es un horror"
Maryna Feofentova teme que el conflicto se enquiste y que acabe destruyendo su país de origen, cómo ya ha pasado en el Donbass
Maryna Feofentova hace más de cuatro años que vive en Mataró, donde trabaja como profesora de inglés. Sus padres están atrapados en su casa en Kyiv, la capital de Ucrania. "Tengo mucha angustia y me siento muy impotente. Mis padres son personas mayores, están asediados, a 3.000 kilómetros de distancia. Es un horror. No duermo, no paro de mirar las noticias obsesivamente... Lo estoy pasando muy mal", explica. Maryna se mantiene en contacto diario con los padres, que la intentan calmar. "Me quieren mucho y es natural que me quieran transmitir tranquilidad, que las cosas no van tan mal, que intentan hacer su vida diaria a pesar de todo, cocinando, limpiando, leyendo, para no acabar enloqueciendo", relata.
La Maryna, en el aeropuerto de Kyiv en 2019, la última vez que pudo viajar a su país de origen
Casi nadie esperaba que la amenaza de Putin se concretara en una invasión a gran escala. "Cómo que soy en general bastante pesimista, sospechaba que Rusia finalmente atacaría, y que la guerra que se sufre en el Donbass desde hace 8 años se acabaría extendiendo a todo el país, pero no hasta este extremo, que hace que parezca la II Guerra Mundial", afirma la mataronina. Maryna teme precisamente esto, que el conflicto se enquiste en toda la Ucrania cómo lo ha hecho hasta ahora en el Donbass, con efectos devastadores para la región. "Toda la atención que recibimos estos días de la UE, de los Estados Unidos y de la OTAN en algún momento se acabará, cómo ya pasó en Síria y en otros países en guerra, y el único remedio será valernos por nosotros mismos", augura.
Maryna se muestra especialmente satisfecha, sin embargo, de la rección de los ucranianos. "Estoy muy orgullosa de la gente de mi país, de la manera cómo se ha unido y se están ayudando los unos a los otros, y también de nuestro ejército, que ha demostrado estar mucho más preparado de lo que nadie se habría imaginado. Los soldados son auténticos héroes", asegura. Además, se muestra muy agradecida por las constantes muestras de apoyo que ha recibido de su entorno. "Amigos, conocidos, compañeros de trabajo, todo el mundo se interesa por mí a diario, nunca habría pensado que había tanta gente preocupada por mí y por mi familia, me siento muy acompañada y esto me ayuda mucho".
"Soy hija de la URSS y entonces éramos todos hermanos, me da una pena enorme el que está pasando"
Svitlana Tymofeyeva sigue los relatos terroríficos que le envían sus conocidos desde la ciudad ucraniana de Odesa
Svitlana Tsvelaya Tymofeyeva hace más de 20 años que vive en el Estado español. Originaria de Odesa, tercera ciudad más grande de Ucrania y puerta de entrada al país desde el Mar Negro, actualmente regenta una tienda de productos gastronómicos de Europa del este (sobre todo rusos y ucranianos) en la calle Pompeu Fabra de Mataró. Una bandera ucraniana preside la tienda. "Yo nací en 1975, de padre ruso y madre ucraniana, cuando éramos todos la URSS; al cumplir los 18 años, cuando me dieron el pasaporte me preguntaron qué nacionalidad quería y elegí la ucraniana, la de mi madre, porque entonces vivía con ella", recuerda la mataronina. "Entonces no había diferencias entre unos y otras, todos éramos hermanos, por eso ahora vivo todo el que está pasando con una pena enorme", relata.
Svitlana, con su marido, en la tienda que regentan en la calle Pompeu Fabra de Mataró. Foto: R. G.
A pesar de que tiene toda la familia aquí, sigue en contacto con amigos de Odessa y otras ciudades sus relatos son terroríficos. " Una de nuestras clientas tiene su hijo y su madre eh Kharkiv, la pobre mujer tiene 90 años y se pasa todo el día en el metro para refugiarse de los bombardeos constantes", relata Svitlana. Un amigo de Odesa le explicaba que el día antes de empezar al ataque se fue de viaje. "No sé qué me encontraré al volver, pero mi fábrica ha sido bombardeada porque se encuentra junto a un centro militar", le aseguraba.
Svitlana lamenta que su país de origen lleva ya ocho años en Guerra, desde el inicio del conflicto en el Donbass el 2014. "Han muerto 14.000 personas desde entonces, pero nadie parecía prestar atención". Aún así, no esperaba que la invasión se llegara a producir. "El único que lo sabía parecía ser Joe Biden, que desde el primer momento alertó de las intenciones de Putin". Svitlana cree ahora que el presidente ruso "llevaba muchos años queriendo hacer el que ha acabado haciendo, y ha esperado hasta encontrar el momento adecuado, cuando Ucrania presentaba más debilidades.
Manifestación este martes y apoyo del Ayuntamiento y el alcalde
Durante los últimos días se han producido varias manifestaciones, sobre todo en Barcelona, promovidas por la comunidad ucraniana residente en Cataluña, en rechazo de la guerra. La Federación de Municipios de Cataluña ha convocado a manifestarse contra el conflicto este martes, día 1 de marzo, ante los Ayuntamientos. Mataró se ha sumado a la convocatoria, prevista para las 7 de la tarde.
El Ayuntamiento de Mataró tiene previsto aprobar este martes una declaración institucional, presentada por todos los grupos, de condena de las acciones bélicas de Rusia contra Ucrania. Además, el alcalde, David Boto, se ha pronunciado a través de las redes sociales. Bote aseguró que condenaba el ataque de Rusia a Ucrania, "totalmente inaceptable", e hizo saber a los mataronins de origen ucraniano que "me tienen a su lado para lo que haga falta"