El análisis del ADN de la población aborigen australiana demuestra como salieron de África los primeros humanos. Es el estudio genético en el cual ha participado Òscar Lao, un investigador mataroní que forma parte del Centro de Regulación Genómica de Barcelona como director del equipo de Genómica de Poblaciones. Lao ha contribuido analizando e interpretando los datos de este estudio ons'ha secuenciado el genoma de 83 aborígenes australianos modernos y el de 25 habitantes de Papúa, los vecinos norteños de los australianos.
"A partir de la variación genética de los aborígenes australianos ahora se ve que todos los humanos somos descendentes de una única salida de África"
El análisis del genoma de los aborígenes australianos es muy importante para la historia de las poblaciones, sobre todo porque el continente australiano representa una incógnita a nivel evolutivo. El debate sobre si los humanos modernos van migrar del continente africano en una o más de una salida siempre ha estado sobre la mesa de la comunidad científica. Según Lao, "a partir de la variación genética de los aborígenes australianos ahora se ve que todos los humanos somos descendentes de una única salida de África".
Lao explica que los humanos anatómicamente modernos aparecieron en África hace 150.000 años aproximadamente y de allá se expandieron por todo el mundo, proceso en el cual se encontraron con otras especies que ya habitaban los continentes europeo y asiático, como los Neandertales o los Denisovans. "El que sobta a los investigadores es que se encuentran restos de humanos anatómicamente modernos en Australia ya hace unos 50.000 años, más o menos al mismo tiempo que los primeros restos en Europa", afirma Lao, que apunta que "esto hacía pensar que o bien los humanos que salieron de África viajaron mucho más rápido hacia el este asiático que hacia el europeo, o bien la hipótesis de una única salida de África no es correcta". Ahora Lao concluye que "el estudio en el que he participado demuestra que esto no es así".
Trayectoria en el mundo científico
Òscar Lao estudió Biología en la Universitat de Barcelona y se doctoró doctorado en la Universitat Pompeu Fabra en genética de poblaciones. Al acabar marchó a Rotterdam al grupo de Biología Molecular Forense, donde hizo un tabla-doctorado durante 10 años en el campo de la genética de poblaciones humanas. El año 2014 consiguió un contrato/beca Ramon y Cajal por cinco años y empezó a trabajar en el Centro Nacional de Análisis Genómica (CNAG-CRG) como cabeza del equipo de Genómica de Poblaciones. "El objetivo de este grupo es desarrollar nuevas herramientas bio-informáticas para poder entender la diversidad genética que se observa en una especie" y, por otro lado, "analizamos los datos de secuenciación para generar nuevas hipótesis sobre el origen, mantenimiento y evolución de una especie y qué aplicaciones médicas se pueden derivar", explica Lao.
"Un país no puede competir con otros si no es a partir de la investigación, la innovación y el desarrollo de nuevos productos"
A raíz de su experiencia, el científico mataroní ha vivido como la crisis económica ha tenido un efecto muy negativo sobre la inversión en ciencia. Aún así reconoce que "ante los retos sociales, es normal que los gobiernos los prioricen" y explica que "a veces se da la impresión que los científicos estamos desconectados de la realidad y pensamos de manera egoísta sólo en nosotros a la hora de pedir más inversión en ciencia, y esto no es cierto". Lao recuerda, además que "actualmente un país no puede competir con otros si no es a partir de la investigación, la innovación y el desarrollo de nuevos productos".