No sé muy bien como describirlo, al Reme. Puedo deciros que a mí me gustaba escucharlo y a él le gustaba hablar. Nadie conocíaBoto yBoto tenía mucho a aprender. Antes y después de ser alcalde, anécdotas y viejas historias eran el pan a mesa. Pensar en la señora Maria, ser firme y práctico, y siempre, siempre, ser un defensor de la pluralidad. Estas eran algunas de las ideas clave que me transmitió.
Reme era un castellano de pies a cabeza, ahora bien, bailaba sevillanas y, en general, era un defensor integral de la cultura popular. No de aquella que sirve para levantar muros, sino de la que es del pueblo, de la gente sencilla y humilde.
Y es queReme era de izquierdas, mucho de izquierdas. Un progresista alejado de los tópicos modernos, entregado a la defensa de la gente, su vida y sus derechos. Un testigo imprescindible en un mundo en que la izquierda demasiada veces se pierde en debates excesivamente intel•lectuals. Era un hombre práctico, ya lo he dicho.
Habilidoso en el debate, muy inteligente, echaré de menos su mirada, y sobre todo, cuando levantaba las cejas y te miraba lúcido y vehementemente.
Miembro de una generación que con su trabajo, capacidad, e ilusión levantaron nuestro país. Ahora sólo os puedo decir que no hay palabras suficientes para agradecerle todo el que ha hecho.
Tengo muchas ganas de llorar. Me queda la calma de todo el que he aprendido con él, y a la vez, un grande e inquietante vacío.
Es una pura cuestión de estadística. Sólo una vez cada mucho, mucho tiempo nace una persona tan honesta, buena y especial cono él.
"Abuelo" Reme, te estimo. Te echaré de menos. Mucho, infinitamente. Es decir, que seguiré y seguiremos adelante con tu compromiso.
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