La Nave Gaudí será, por fin, la nave del arte. Desde el próximo jueves, día 11, sepodrá visitar la primera exposición de la Colección Bassat de arte contemporáneo de Cataluña. Se trata de la culminación de años de trabajo para poder exhibir en Mataró las obras que tiene en propiedad el publicista Lluís Bassat, integrada por los grandes nombres del arte catalán de la segunda mitad del siglo XX. Ya hace casi cuatro años que Bassat anunció que quería abrir un gran museo de arte a Llavaneres. Aquel proyecto no fructificó y Mataró estuvo atento para ficharlo por su causa. Después de unos cuántos tira y afloja, y de que la crisis económica obligara a atrasar sine die la construcción de la sede definitiva del museo a la antigua fábrica Ylla y Aliberch, el coleccionista y el Ayuntamiento acordaron que la Nave Gaudí fuera la sede temporal de la colección. Estaba previsto que la Nave se inaugurara como espacio expositivo por Santas, pero la cita se ha atrasado en un par de ocasiones. Finalmente ha llegado el día. El 11 de noviembre es, por lo tanto, una fecha crucial para la cultura mataronina, pero también tiene que marcar un antes y uno después para el panorama artístico catalán.
La primera exposición que sepodrá ver recoge las obras de la colección Bassat que van del año 1947 al 1969. Reúne 79 cuadros de 21 artistas como Guinovart, Hernández Pijuan, Tàpies, Ràfols Casamada, Joan Brotat, Argimon o Tharrats. Nombres imprescindibles del arte catala contemporáneo, la mayoría de los cuales en los inicios de sus trayectorias (hay que sumar, además, un espectacular "mosquetero" de Picasso de 1967). "Buena parte de las obras son figurativas, pero a la vez dejan entrever aquello que acabaron siendo estos artistas en su madurez", explica Núria Poch, directora del Consorcio Museo de Arte Contemporáneo de Mataró, que gestiona la colección. El año 1947 se ha escogido como la fecha que vio nacer el grupo Dado al Siete, auténtico protagonista del resurgimiento del arte catalán en la posguerra y núcleo de muchos de los artistas presentes a la muestra. La exposición es la primera de una serie de cuatro muestras que se podrán visitar durante los próximos dos años (cada una durará seis meses) y que permitirán ver por orden cronológico toda la colección Bassat, que llega hasta nuestros días. "El espectador que pueda asistir a todas las exposiciones habrá visto la evolución del arte catalán desde la posguerra hasta la actualidad", destaca Poch.
Llenar un vacío
La cita del próximo jueves permitirá ver por primera vez la colección Bassat (más allá de los dos tastets que se han exhibido a Can Palacete), que pretende cubrir el vacío expositivo existente entre los dos grandes museos de arte públicos, el MNAC y el MACBA, que dan muy poco lugar a la generación de artistas que ha recogido Bassat en su trayectoria como coleccionista. "Si quieres ver obra de Hernández Pijuan, ahora mismo no sabes donde ir", resuelve Núria Poch, que destaca la potencia del arte catalán contemporáneo. "Cataluña es un territorio muy pequeño y que ha dado grandísimos nombres del arte, pero quizás hay que saber venderlo mejor". La exhibición pública de la Colección Bassat en Mataró puede ser un paso importante en este sentido.
Visita de la baronesa Thyssen
Bassat y Poch, acompañados del alcalde Joan Antoni Baron y el presidente del IMAC, Sergi Penedès, han ofrecido este miércoles una rueda de prensa para presentar esta primera exposición a la Nave Gaudí. Durante el acto, el publicista ha hecho mención a su relación personal con la ciudad de Mataró, que siempre ha ejercido de "punto de unión y de encuentro" en su vida que siempre se ha movido a caballo de Llavaneres, Caldetes y Barcelona. Bassat ha tenido grandes elogios para la Nave Gaudí, a pesar de que todavía se ha mostrado esperanzado al ver la sede definitiva del Museo, a la harinera de Ylla y Aliberch. Tanto Bassat como Baron han destacado las visitas que se han producido en los últimos días para conocer la nave, a cargo de personalidades tan destacadas como la baronesa Thyssen (tiene previsto abrir un nuevo museo en Sant Feliu de Guíxols), la empresaria Alicia Koplowitz o los responsables de espacios como las fundaciones Miró, Vila Casas o Suñol y de las obras sociales de diferentes cajas catalanas, entre otros. El objetivo es poder establecer colaboraciones con todos estos equipamientos y servicios, así como con los museos más cercanos en el territorio, como la Fundación Palau de Caldes de Estrac.
Otro de los retos es conseguir que las instituciones públicas y privadas se añadan al consorcio. En este sentido, Baron ha explicado que están "sembrando" para poder sumar nuevos patrones en el futuro. "Antes que nada hay que posicionarse en un mapa muy complejo", ha dicho, en referencia a las dificultades de proyección que tienen los equipamientos culturales de fuera de Barcelona. Por otro lado, los responsables del Museo trabajan para confeccionar actividades complementarias en las diferentes exposiciones. Núria Poch ha avanzado que quieren potenciar especialmente el campo pedagógico, con visitas y talleres para escolares, así como seminarios y conferencias.
Jueves, día 11. Inauguración oficial, a las 7 de la tarde a la Nave Gaudí. De 5 de la tarde a 9 del anochecer, puertas abiertas

-
Equilibrio entre continente y contenido
Una de las cuestiones más complejas ha sido mantener el equilibrio entre continente y contenido, como dice Poch. Es decir, conseguir que la Nave Gaudí no robara demasiado protagonismo a las obras de arte, ni que las teles ahogaran el edificio del gran arquitecto modernista. Queda pendiente el juicio del público, pero la directora del museo considera que lucen al mismo nivel la nave y las obras. Poch asegura que la inauguración del día 11 situará la Nave Gaudí en el lugar donde le corresponde, puesto que se le dotará de un uso cultural que le dará una gran proyección. Lluís Bassat, por su parte, ha destacado que pocas veces se ha sentido tan feliz y emocionado cómo cuando ha visto sus cuadros colgados a la Nave Gaudí. Era imposible pensar en un envoltorio mejor, ha dicho.
-
Comentarios