La sociedad actual está cada vez más concienciada sobre la importancia de reciclar fracciones como el papel, el vidrio o los envases. Los contenedores diferenciados y las campañas de sensibilización han consolidado estos hábitos como una parte esencial de la gestión de los residuos. Sin embargo, este mismo reconocimiento no se traslada al textil. A pesar de ser una de las fracciones con mayor crecimiento e impacto ambiental, el textil a menudo se percibe más como un recurso social —donado o reutilizado con fines caritativos— que como un residuo que debe gestionarse adecuadamente. Esta falta de conciencia ciudadana provoca que la mayor parte de los residuos textiles, especialmente aquellos tan desgastados que se consideran inservibles, terminen en la fracción resto, donde se pierden las posibilidades de reciclaje o reutilización.
Hace falta un cambio para visibilizar el textil como una fracción clave
Desde Maresme Circular, entidad gestora de la planta de tratamiento de residuos del Maresme, explican que es necesaria una transformación profunda para visibilizar el textil como una fracción clave, de cara a dejar de desechar de forma sistemática al contenedor gris toda la ropa vieja que consideramos inservible. Sin embargo, advierten que aún queda mucho camino por recorrer, ya que, aunque se mejore en la recogida separada, los procesos de reciclaje y reutilización del residuo textil están todavía muy lejos de lo deseable. Este es, por tanto, un ámbito lleno de oportunidades, pero también con una gran cantidad de retos por resolver.
Un sector en expansión con un impacto ambiental creciente
El sector textil ha experimentado un crecimiento sin precedentes en las últimas décadas. Entre 2000 y 2020, la producción mundial de prendas textiles se ha duplicado, pasando de 50 millones a 109 millones de toneladas anuales. Este aumento se debe principalmente al modelo de fast fashion, con una producción constante de artículos a precios bajos y un consumo acelerado que genera grandes cantidades de residuos.
Este crecimiento ha provocado alarmantes impactos ambientales:
- El sector textil es responsable del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
- Genera el 20% de la contaminación de agua a nivel mundial.
- Solo el 1% de los residuos textiles se reciclan adecuadamente a escala global.
Situación em Cataluña y el resto de Europa
Generamos 19,9 kg de residuos textiles por habitante al año
A nivel catalán, el textil representa entre el 4% y el 5% de los residuos municipales, incluyendo ropa, calzado, textiles para el hogar (como cortinas y alfombras) y otros artículos similares. Esto equivale a 19,9 kg de residuos textiles por habitante en el año 2023, ligeramente menos que los 21,6 kg/habitante/año de 2019, un pequeño descenso probablemente relacionado con el aumento de la reutilización y las nuevas formas de consumo a través de plataformas de segunda mano como Vinted o Wallapop.
Sin embargo, solo se recogen de forma selectiva el 13,3% de estos residuos, una mejora respecto al 11,2% de 2019, pero que sigue siendo insuficiente. Esto equivale aproximadamente a 2,63 kg por habitante anualmente (unas 20.000 toneladas). Comparativamente, es la fracción de residuos con peores índices de recogida selectiva, incluso por detrás de las pilas, los aparatos electrónicos y los medicamentos.
Factores que marcan la gestión del textil como residuo
- Concepción social y emocional del textil: Históricamente, el textil se ha asociado a acciones sociales y caritativas más que a su gestión como residuo. Esto provoca que gran parte de este material termine en la fracción resto, dificultando el reciclaje o la reutilización. También influye un factor emocional, ya que muchas personas prefieren desechar prendas en lugar de donarlas para que otras personas puedan darles una segunda vida.
- Diversidad de sistemas de recogida: Actualmente, la recogida selectiva de textiles se realiza mayoritariamente a través de entidades sociales con contenedores de colores diversos, lo que genera confusión y falta de unificación.
- Nueva normativa: La Ley española 7/2022 obliga a recoger el textil de manera separada y a destinar al menos un 50% a empresas de inserción social. También exige que los ayuntamientos liciten esta gestión, lo que supondrá un coste adicional para los municipios.
El reto del reciclaje y la reutilización
Actualmente, del textil recogido en Cataluña:
- El 62,5% del textil recogido se reutiliza, pero solo el 20% tiene calidad suficiente para venderse.
- El resto se exporta a países en vías de desarrollo, como Asia y África, sin preocuparse del destino final.
- Solo el 4% de este material exportado se recicla.
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Si se aumenta la recogida separada, la calidad del residuo textil podría disminuir, ya que incluiría más piezas en mal estado. Por ello, es esencial mejorar los procesos de reciclaje tanto de fibras naturales como sintéticas.
Si se aumenta la recogida separada, la calidad del residuo textil podría disminuir, ya que incluiría más piezas en mal estado. Por ello, es esencial mejorar los procesos de reciclaje tanto de fibras naturales como sintéticas.
Estrategias locales y europeas
Al 2030 todas las piezas textiles tienen que ser duraderas, reparables y reciclables
Europa ha aprobado regulaciones como la Estrategia de Textiles Sostenibles y Circulares (2022), que establece objetivos de durabilidad y reciclabilidad para 2030. En Cataluña, iniciativas como el Pacto de Moda Circular buscan integrar toda la cadena de valor del textil. En el Maresme, municipios como Mataró destacan con proyectos piloto para incrementar los contenedores y recoger 5-6 kg por habitante anualmente.
El futuro del textil como residuo
Las claves para avanzar hacia una gestión más sostenible son:
- Incrementar la recogida selectiva y salir del 13,3% actual.
- Mejorar la calidad del reciclaje, especialmente de fibras sintéticas.
- Reducir la exportación y aumentar las soluciones locales.
- Sensibilizar la ciudadanía para que haga un consumo consciente y responsable y para que considere el textil como una fracción más del reciclaje, no solo un recurso social.
Maresme Circular trabaja también en un proyecto para aprovechar el textil de la fracción resto mediante procesos de higienización, con el objetivo de reducir la incineración y maximizar la reutilización.
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