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De la ciudad del textil a la de los servicios y la construcción

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Los últimos 40 años, la economía mataronina se ha girado como uno de los calcetines que se elaboraban a la antigua ciudad del monocultivo textil, una mochila que el municipio todavía carga

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La economía productiva de Mataró y el Maresme ha sido probablemente el aspecto que más ha cambiado a lo largo de las últimas cuatro décadas, y este año, Capgròs evalúa las transformaciones de los últimos 40 años. Ciertamente, en 1984 el sector textil en Mataró ya no era lo que había sido, pero la ciudad y su gente seguían estando abocadas a un monocultivo industrial del que se vieron medio abruptamente despojadas cuando, una década después, cayeron los aranceles. El daño que causó aquella liberalización y la competencia de los mercados externos sigue siendo patente en aspectos socioeconómicos actuales, como la tasa de desempleo, que sigue siendo endémicamente superior a la media.

Al quedarse sin la principal fuente económica que sustentaba a muchas familias, Mataró pasó a una especie de diversificación y búsqueda de nuevos rumbos. La ciudad tuvo que replantearse qué quería ser en el futuro. Se destinó buena parte de las áreas industriales y otras zonas aún por edificar a la promoción urbanística; con el Puerto y el Paseo Marítimo, comenzó a vislumbrar su potencial en el ámbito turístico. Con el desarrollo comercial y la apertura de Mataró Parc, la ciudad fue transformándose en un centro comercial y, cada vez más, de servicios.

La comarca desarrolló otros polos industriales y zonas de grandes superficies especializadas, como la de Cabrera. Luego vino todo lo demás y, en la base, aún persiste hoy una sólida conciencia comercial e industrial como ADN vigente.

Este reportaje, al igual que todos los actos del 40.º aniversario de Capgròs, ha sido posible gracias al patrocinio del grupo VIMA de residencias, ETL Global Maresme, Finques Pous y los centros médicos GEMA.

Desindustrialización y crisis textil

indústria tèxtil històrica
industria textil histórica

Durante décadas, Mataró fue uno de los principales centros de la industria textil a Cataluña. Sin embargo, a partir de los años 80 y 90, con la caída de los aranzls,
esta industria empezó a declinar. No ha desaparecido, se ha especializado y mantiene nombres y apuestas con ingenio y valor añadido. Pero el vacío dejado todavía se nota social y económicamente, más allá de su Museo. Un monocoltiu perdido.

Diversificación del tejido empresarial

diversificació industrial
diversificación industrial

Con la crisis del sector textil, Mataró y lo Maresme han ido diversificando su tejido productivo. Ha habido un crecimiento otros sectores como la alimentación,la tecnología, los servicios y la construcción. Empresas tecnológicas y de servicios han ido ganando pes a medida que la industria tradicional declinaba. A nivel laboral no se ha llegado a una sustitución, motivo por el cual muchas apuestas de nuevas economías son, todavía ahora, buenos propósitos y bastante.

Crecimiento del sector terciario

Mataró Parc
Mataró Parco

Con la pérdida de industria, el sector terciario ha ganado protagonismo. El comercio, la restauración y el turismo han crecido considerablemente. Mataró Parco, inaugurado el 2000, ha acontecido un centro comercial de referencia para la comarca y ha dinamizado el comercio local. Además, la proximidad con Barcelona ha favorecido el crecimiento del sector servicios.

Aumento de la actividad turística

turisme
turismo

El Maresme ha acontecido un destino turístico importante, especialmente gracias a sus playas, el clima mediterráneo y su proximidad a Barcelona. Poblaciones como Calella, Pineda de Mar y Sant Pol de Mar han apostado por el turismo, que ha acontecido un motor económico clave, especialmente en verano. Mataró, en una segunda oleada de apuesta turística, también ha posado huevos en esta cesta.

Transformación agrícola

transformació agrícola
transformación agrícola

A pesar de que la agricultura ha perdido pes en comparación con otros sectores, continúa siendo relevando en algunas zonas del Maresme. El sector agrícola ha sufrido cambios importantes, con una reducción de la superficie cultivada y una especialización en cultivos con más valor añadido, como las flores y las plantas ornamentales, que han ganado pes gracias a la demanda internacional.