6039677316688364533 (1)

Cugat Comas

Una jubilación merecida para un clásico de la fruta a Mataró

'Manolo y Olga' dejan la tienda después de medio siglo vendiendo fruta y verdura en el entorno de la Plaça Gran: su sobrino Alberto proseguirá el negocio

html Copia el codi

 

Manolo y Olga son dos fruteros y dos grandes personas, más dulces que lo que han estado vendiendo durante 50 años a miles y miles de clientes. Primero con un puesto en la Plaça Gran y después en su frutería en la calle de Santa Maria, Manuel Prados y Olga Gutiérrez han compartido toda una vida con la clientela fiel, a base de buen género y amar el trabajo que hacen. Este sábado, 4 de enero, ha sido el último día de la frutería con ellos al frente. Manolo se jubila y lo ha celebrado. Dentro de unos días Alberto Mola, su sobrino y hasta ahora trabajador de la casa, continuará el negocio por su cuenta. Durante la última semana han sido cientos los amigos y clientes que han acudido a ‘can Manolo y Olga’ para despedirse y agradecerles el buen trabajo.

Manolo explica su despedida: “Decidí que me jubilaba a principios de año. Me gusta mucho mi trabajo pero ha llegado la hora. Son muchísimas horas y mucha dedicación. En este trabajo no se puede hacer media jornada: el género necesita horas. Trabajo desde las seis y media hasta las nueve de la noche y llega un momento en que ya no puedo más”, explica.

La jubilación, sin embargo, se ha celebrado a conciencia. “El domingo pasado ya vinieron mis hijos a decorar la tienda y durante todos estos días ha ido pasando la clientela. Han sido días de muchas emociones y hoy especialmente espectacular la cantidad de gente que ha entrado agradecida y a decirnos adiós”, explica emocionado.

  • En junio le preguntó a Alberto Muela si quería la tienda y finalmente su sobrino le dio el “sí, quiero”. 
  • Manolo se jubila y Olga seguirá trabajando hasta cumplir, si le surge algo.

Toda una vida al servicio de la clientela


Con solo 16 años, Manolo llegó a la Plaça Gran de Mataró. “Le tengo todo el cariño del mundo porque todo lo que tengo ha salido de aquí, incluso la familia”, explica emocionado. Después de dos años como ayudante en un puesto, con 18 años tomó el relevo del puesto. Se casó con Olga ya antes de ir a la mili para poder continuar con el puesto en la plaza. Olga y su padre llevaron el puesto mientras hacía el servicio militar. Desde entonces, años y más años despachando fruta y verdura hasta que en 2004 llegó el local de la calle de Santa Maria, unos metros más arriba pero prácticamente como una extensión de la propia plaza.

Montaron la frutería desde cero porque la zona les encantaba y durante un año y medio compaginaron puesto y tienda. Después ya se quedaron solo con la tienda hasta el día de hoy. “Han sido 20 años que me han pasado volando literalmente. Estoy muy orgulloso del trabajo que hemos hecho y sobre todo de la clientela, que siempre la hemos valorado mucho. Más que clientes son amigos y verlos contentos y viniendo a despedirse significa que algo hemos hecho bien”, resume con los ojos llorosos.

Manolo y Olga, Olga y Manolo. Dos clásicos de la fruta en la Plaça Gran, implicados socialmente con la ciudad y su cultura, con la Semana Santa o con Les Santes, cuando aseguran que seguirán haciendo de ‘Panorámix’ de la Juliana, como en los últimos años. Precisamente hoy había para brindar. Un día feliz que pone el punto final a un gran trabajo y una historia de amor al propio oficio. 

Las noticias más importantes de Mataró y Maresme, en tu WhatsApp

  • ¡Recibe las noticias destacadas en tu móvil y no te pierdas ninguna novedad!
  • Entra en este enlace, haz clic en seguir y activa la campanita