Back tono business; back tono Barcelona; back together. El Mobile World Congress (MWC) ha vuelto a casa. Con el lema "volvemos a los negocios; volvemos a Barcelona; volvemos a estar juntos", ha abierto las puertas el congreso del móvil más pequeño que ha visto nunca la capital catalana: sin aglomeraciones y en un espacio reducido. El recinto de Gran Vía de la Feria de Barcelona ha abierto las puertas de tres entradas diferentes puntual -para evitar la concentración de personas-, con colas que avanzaban rápidamente porque todos los asistentes pudieran tener una maceta de antígenos negativo antes de acceder en las zonas de exposición y conferencias. Los cuatro días que dura el acontecimiento -entre el 28 de junio y el 1 de julio- es necesaria una mascareta FFP2; quien no la tiene, es invitado a comprarse una, si quiere entrar. Vuelve después de la cancelación del año pasado.
Los pasillos lucían medio vacíos a primera hora y a los escenarios sobran sillas para el público. Pero la organización del MWC no ha querido dejar la espectacularidad de banda: las conferencias van acompañadas de pantallas enormes, humo y una iluminación propia de un show musical. Los estands más grandes –como los de ZTE, Telefónica, Orange, España, Cataluña y Huawei- no son tan innovadores como otras ediciones, pero hay lugar para nuevos dispositivos y soluciones de conectividad, inteligencia artificial, internet de las cosas...
Las novedades tecnológicas son, realmente, el menos importante en esta edición del 2021. Pero no es que no haya: móviles plegables, con múltiples cámaras, un holograma a tiempo real y alta resolución -posible gracias a la tecnología 5G- presentado por Mobile World Capital Barcelona y baterías más duraderas son las principales tendencias de los fabricantes de smartphones. Sin embargo, son la sostenibilidad del sector y la desigualdad digital los dos temas estrella del salón, que tiene la conectividad como hilo conductor.
Que vuelva el Mobile es un éxito
Celebrar el congreso ya se considera todo un éxito -independientemente del número de asistentes y expositores- y la industria del móvil alaba el papel que ha tenido durante la pandemia: "Sin la conectividad no habría sido posible". Lo ha dicho en una de las primeras conferencias el director general de la GSMA, la emprendida organizadora, Mates Granryd. El sector ha demostrado "liderazgo" durante este año largo, considera. Lo han acompañado -al escenario y de manera telemática- los responsables de cuatro de las 15 principales operadoras de telefonía del mundo: China Mobile, Telefónica, Orange y Deutsche Telekom. Y todos han coincidido con Granyrd.
Una Europa
"Cuando se nos necesitaba, hemos sido; el 2020 hemos avanzado cinco años en tecnología", ha asegurado José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. El director ejecutivo de Deutsche Telekom, Timotheus Höttges, que ha intervenido en directo al acto por vía online, está "muy orgulloso" de la industria móvil, que ha recordado que ha sido clave en aspectos como el desarrollo del pasaporte europeo de vacunación.
Los dos han aprovechado para reclamar cambios en la regulación europea de las operadoras de telefonía. "No solo competimos entre nosotros, sino con un mundo lleno de nuevos actores y tenemos que crear un entorno adecuado; la regulación hoy está basada en los actores de hace un siglo", se ha quejado Álvarez-Pallete. Y Höttges ha añadido: "Cómo puede ser que Microsoft no sea considerado un proveedor de conectividad? Cómo puede ser que haya empresas que utilizan las infraestructuras y no paguen ni un céntimo para hacerlo? Los Estados Unidos tienen un mercado único, la Xina es muy clara en la normativa y, en cambio, a Europa tenemos 27 reglas diferentes y no hay ni una de clara sobre la privacitat, por ejemplo". Para solucionar esta situación, propone una "política valiente".
Sobre la situación del sector a la Xina ha hablado el chairman de China Mobile, Yang Jie, también a distancia. Ha indicado que un 38,6 % del PIB del país proviene del ámbito digital y ha destacado un proyecto concreto: el plano 5G+, que se puso en marcha hace dos años. "El objetivo es que esta tecnología llegue a varias industrias y otros sectores de la sociedad", ha afirmado. Jie ha marcado el camino que se tiene que seguir a partir de ahora: "Tenemos que pasar de las pruebas al despliegue".
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