Teletrabajo. Una palabra mágica y aspiracional (concepto inventado por algún experto en marketing al azar). Meses atrás teletrabajar era, realmente, una aspiración para muchas personas. Con el confinamiento, pero, esa imagen idílica de lo que suponía trabajar desde casa, se ha convertido en un pequeño calvario (en el mejor de los casos), o directamente en un infierno (en caso de tener hijos o personas bajo tu responsabilidad en casa).
Jornadas laborales largas que no se acaban nunca, la sensación de tener que estar siempre conectado, la imposibilidad (o incapacidad ) a la hora de concentrarse para trabajar con un mínimo de continuidad… muchos factores que han convertido una cosa que tenía que ser el paraíso, convertido en una película infame de terror. Sí, seguramente encontraremos excepciones en esta realidad e, incluso, fotos en Instagram que así lo demuestran.
Estalla el teletrabajo con la pandemia
Hecha la introducción, vamos al grano: la crisis del coronavirus ha disparado el número de empleados que teletrabajan. Antes de la pandemia sólo lo hacían un 5%, mientras que ahora la cifra ha llegado al 40%. El gobierno español anunció, hace unas semanas, que regularía el trabajo desde casa por ley. Entre las medidas más importantes se prevé incluir que las empresas compensen sus empleados por los gastos que los suponga trabajar desde casa, como por ejemplo la electricidad, el mobiliario de oficina o el material.
La empresa tendrá que pagar parte de las facturas de la luz de los trabajadores que hagan teletrabajo, así como también una parte de los muebles o del equipamiento informático que tenga que usar el trabajador. El proyecto de ley tendrá que regular, también, los descansos. Es decir, que el trabajo en casa tiene que tener un horario. El documento de Trabajo refleja que, entre los inconvenientes de esta relación laboral hay "tecnoestrés, horario continuo, fatiga informática y conectividad digital permanente".
Otro de los objetivos de la ley, según Expansión, será garantizar "certezas sobre la utilización del trabajo a distancia, incluidas dentro del derecho de conciliación", y esto incluye "los requisitos necesarios para un ejercicio equilibrado entre mujeres y hombres". Trabajo ha detectado que la habitual extensión de la jornada para trabajar en casa impide, en muchos casos, la conciliación de la vida laboral y familiar. Trabajo, pues, ha detectado esto que intentábamos explicar al principio con alguna licencia literaria. Habrá que ver hasta donde llega esta ley sobre el teletrabajo y si, finalmente, no acabamos implorando trabajar desde la oficina.
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