El 40% de las mujeres que vive en Barcelona estaría en riesgo de pobreza si solo dependiera de sus ingresos. Esto es el que apunta el informe 'El género en cifras. Condiciones de vida de las mujeres y desigualdades de género a la ciudad de Barcelona', publicado por el Ayuntamiento. Con datos del 2020 y 2021, el estudio indica que la autonomía del riesgo de pobreza -calculada con ingresos individuales y no por hogar- se dispara hasta el 40,5% en el caso de las mujeres, mientras en los hombres se sitúa en el 29,4%. Con el mismo cálculo en supuesto de autonomía, el 27,7% de las mujeres estaría en pobreza severa. En cambio, en el caso de los hombres es un 17%. Con datos del 2021, el informe también indica que el 37,3% de las chicas ha sufrido acoso sexual alguna vez.
El informe es el segundo publicado por el consistorio sobre la situación de las mujeres a la ciudad. El anterior se hizo hace cinco años y se elabora a partir de una compilación de datos cuantitativos a través otros estudios y encuestas hechas por fuentes oficiales y organismos, así como el mismo Ayuntamiento de Barcelona.
El estudio constata la feminización de la pobreza a la ciudad, con un índice de pobreza salarial más elevado entre las mujeres (13,8%) que entre los hombres (11,4%). La brecha salarial en la ciudad se sitúa en el 17,1% y hay una mayor parcialidad y temporalidad entre las mujeres. Concretamente, un 26,4% de las mujeres trabaja a tiempo parcial, mientras en los hombres la cifra es de 12,9%. El 10,3% de las mujeres tiene un contrato temporal, en cambio, la cifra se sitúa en el 7,7% en los hombres. Además, los cargos de dirección y gerencia están en un 59,4% ocupados por hombres en la capital catalana.
En las pensiones, las mujeres también reciben menos ingresos. Destaca especialmente la de jubilación, en la cual la diferencia es de casi 600 euros entre hombres y mujeres.
En vivienda, hay más hombres que mujeres viviendo en propiedad, el 59,4% y 53,5% respectivamente. En cambio, hay más mujeres (43,1%) que hombres (37,7%) viviendo de alquiler. El año 2021 también había más mujeres que hombres que declaraban no poder mantener la vivienda a una temperatura adecuada o atrasaron algún pago.
Acoso sexual e inseguridad
El informe constata que las denuncias por violencia machista crecen año tras año a Barcelona, con 3.285 el 2022. Este mismo año se atendieron 659 agresiones sexuales en la ciudad, una cifra que supuso un aumento del 41% respecto al año anterior. El 90% de las víctimas fueron mujeres y todas las agresiones fueron perpetradas por hombres.
En cuanto a las agresiones sexuales, el estudio apunta, con datos del 2021 de la encuesta FRESCO, que un 37,7% de las chicas de secundaria encuestadas aseguraban haber sufrido acoso sexual alguna vez, mientras solo lo declararon un 5,9% de los chicos. La cifra se eleva hasta el 51,8% en el caso de las chicas de bachillerato y ciclo de formación profesional de grado mediano.
El estudio también indica que las mujeres tienen más sensación de inseguridad en el espacio público. Según los datos, los hombres sufren más hechos delictivos a la vía pública, pero las mujeres sufren más a los transportes y a los establecimientos. Los hombres son víctimas de más delitos contra la seguridad personal no sexual vinculados a la fuerza física, mientras en mujeres es más común la estribada o el intento de estribada.
Trabajo doméstico y composición de los hogares
Según el informe, el 59% de las mujeres destina más de dos horas al día a trabajo doméstico y curas, una cifra que en los hombres se sitúa en el 35%. Así, las mujeres se sienten más afectadas por la llamada 'pobreza de tiempo'. También constata que la mayoría de profesionales de las curas son mujeres, muchas de ellas de nacionalidad extranjera y en situación administrativa irregular, con una "proporción significativa que trabaja en condiciones de informalidad". Quienes asisten de forma no profesional personas con dependencia también son mujeres, mayoritariamente familiares.
Sobre la composición de los hogares a la ciudad, el estudio remarca que el 32% son unipersonales. El 75,5% de estos hogares están formadas por mujeres. En la ciudad hay un 22% de los hogares donde viven menores y el 13% de estas son familias monoparentales. De las monoparentales, el 82,5% están encabezadas por una mujer. Por otro lado, el estudio constata que las que sufren más soledad no deseada son las mujeres grandes y que la población de más de 65 años que vive sola ha crecido de forma gradual los últimos años.
Peor percepción de la salud
En Barcelona, un 24% de las mujeres dicen tener una salud regular o mala, una cifra que se sitúa en el 18,3% en el caso de los hombres. Esta percepción negativa es más frecuente en el caso de personas con condiciones socioeconómicas más desfavorables y se intensifica con la edad, apunta el estudio. Con todo, un 13,5% de las chicas jóvenes dice tener mala salud y la cifra se reduce al 6,7% en los chicos jóvenes.
Las mujeres también tienen más problemas de salud mental, un 31,3% y un 21,6% en el caso de los hombres, una diferencia que se acentúa en las clases sociales más bajas. Según el estudio, un 23% de las mujeres consume psicofármacos, mientras que los hombres lo hacen en un 12,8%.
El informe también constata una reducción de la fecundidad la última década, con una tasa de nacimientos de 29,7 por cada 1.000 mujeres y una tasa de interrupción voluntaria del embarazo del 33,6% entre las mujeres de entre 15 y 49 años.
Más mujeres en estudios superiores
En el caso de la educación, el informe señala que hay más presencia de mujeres tanto en niveles de estudios inferiores como en superiores y que se empiezan a apreciar patrones de género en el momento en que dejan de ser obligatorios. Así, los clicles formativos relacionados con tareas mècaniques y técnicas están más masculinitzats, mientras los del ámbito de las curas, el social o la imagen personal están más feminizados. En bachillerato, hay un 54,5% de mujeres y 45,5% de hombres, con más presencia de chicas en humanidades y ciencias sociales y artes y más de chicos en ciencias y tecnología.
El informe también subraya que las mujeres hacen más uso de las equipaciones culturales, como por ejemplo bibliotecas o centros cívicos. Si bien la dirección de espacios culturales de proximidad, como bibliotecas o centros cívicos, está feminizada, las direcciones de espacios considerados de alta cultura y con más prestigio, como teatros, museos o auditorios, están masculinitzades.
Finalmente, el estudio indica que las mujeres dan más importancia a la vida comunitaria y la participación, con más presencia en entidades sociales y procesos participativos, y que también usan más el transporte público. Por el contrario, en práctica deportiva, solo un 3,5% de las mujeres están federadas, mientras la cifra se eleva a un 15% en el caso de los hombres. En la población en edad escolar, el índice de práctica deportiva es superior en el caso de los chicos, un 80,9% respecto al 73,4% de las chicas.
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