La campaña de Navidad en una pastelería artesanal comienza cuando se acaba... la de los sabores y panellets. El calendario no ofrece tregua en el obrador que Antoni Pons ha convertido en un templo dulce de la tradición y la creatividad. Pons explica que en Sacher "Navidad es mucho más que una fiesta; es un reto emocionante y una oportunidad para mostrar su arte al máximo". Todo debe funcionar a partir de una preparación minuciosa que implica organización, provisión de materias primas y, sobre todo, mucha pasión. El pastelero explica que las jornadas se van alargando y que la noche de Reyes es prácticamente todo el día. A pesar de ello, le reconforta ver que tanta dedicación se traduce en lo que se busca con pasión: productos de alta calidad.
Una de las creaciones más conocidas y diferenciales de la Pastelería Sacher es el panettone. Con siete años de experiencia en su elaboración, cada pieza es fruto de un aprendizaje constante y una dedicación excepcional. Antoni Pons subraya la importancia de la formación continua y de las pruebas constantes para mejorar este producto complejo y asegura que los panettones artesanales como el suyo pueden ser mejores que los italianos.
Pons nunca quiere hacer siempre exactamente lo mismo y cada Navidad busca innovar. Así los turrones, los polvorones y otros clásicos se convierten en obras de arte con una pequeña dosis de audacia y creatividad. Del obrador de Sacher salen cada año los conocidos como turrones viajeros, donde Pons apuesta por combinaciones bastante curiosas. "Nos divertimos pensando combinaciones, a veces inusuales, así como pensando cómo podemos incluir ingredientes tan extremos como el pimiento braseado, la pasta filo o una ganache ahumada", explica.
Antoni Pons
- Maestro pastelero
- Sacher
- Especialidad: turrones, panettones, torteles
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