Capgròs
Hay un bar en el barrio del Palau de Mataró que hace la vida imposible a los vecinos y que trae de cabeza a la Policía Local. Las denuncias vecinales están certificadas por la ingente actividad policial que genera el establecimiento y sus alrededores: hasta 181 intervenciones del cuerpo policial mataronense solo en el último año en este ámbito, por problemas de incivismo e inseguridad, muchos de los cuales con un vínculo más o menos directo con el local. El cual, aunque parezca increíble, sigue abierto. El Ayuntamiento argumenta que el marco normativo actual le impide clausurarlo.
La Vanguardia ha destapado el caso de este establecimiento, la Cafetería Siete Partidas, situada en la calle del mismo nombre, frente al Parc del Palau, en uno de los barrios más empobrecidos de Mataró, donde los problemas de seguridad y convivencia son demasiado habituales. Los vecinos de la zona denuncian que la situación es insostenible desde hace tres años, cuando abrió este local en el número 50-52 de la calle. Se trata de un bar nocturno, que abre de manera irregular pero que, cuando lo hace, no cierra hasta bien entrada la madrugada, algo que le permite su licencia de actividad. Según relatan los residentes, los ruidos, las peleas y la presencia constante de personas en sus alrededores que presuntamente trafican con drogas han convertido este espacio en un foco de problemas.
Los datos de la Policía Local corroboran estas quejas. Solo durante el último año, la zona de Siete Partidas y del Parc del Palau ha sido escenario de 181 intervenciones policiales (es decir, una cada dos días), que han derivado en decenas de identificaciones, cinco detenciones, quince denuncias por posesión de drogas, tres por tenencia de armas blancas y dieciséis por actos incívicos. Además, el bar ha visto denegada su licencia de terraza por parte del Ayuntamiento.
Aglomeraciones en el exterior
Según fuentes conocedoras del caso consultadas por Capgròs, el principal problema no es tanto la actividad del local en sí misma, sino la gran cantidad de personas que se concentran en el exterior, muchas de las cuales se dedican a actividades delictivas. Jóvenes que "no tienen ni oficio ni beneficio, que viven de la delincuencia a pequeña escala, y que no respetan nada, ni a los vecinos ni a la policía", explican dichas fuentes.
¿Por qué no se clausura?
El Ayuntamiento de Mataró, por su parte, reconoce la problemática y mantiene el bar y sus alrededores como un "punto de atención prioritaria", trabajando para "minimizar los problemas de seguridad, civismo e indisciplina" que se generan en la zona. Sin embargo, el ejecutivo municipal asegura que tiene las manos atadas por la actual Ley del Espectáculo de 2011, que permite a establecimientos como este operar hasta las dos o tres de la madrugada. "Esta normativa es obsoleta y debería revisarse", ha manifestado la concejala de Vía Pública y responsable de la Policía Local, Núria Moreno.
En cuanto a una posible clausura del bar por su perfil conflictivo, la concejala ha explicado que "para cerrarlo sería necesario disponer de un marco legal que lo permita, y ahora mismo no lo tenemos". Aun así, ha reiterado que la intervención policial continúa con identificaciones, detenciones de personas con órdenes pendientes y sanciones por posesión de drogas, armas blancas e incivismo. "Lo que hemos podido hacer es actuar en disciplina de actividades, pero a nivel policial no tenemos por ahora elementos lo suficientemente contundentes para cerrar el local, a no ser que las investigaciones de los Mossos aporten algo más que lo permita", ha señalado.
Presión policial y trabajo social
Ante esto, el Ayuntamiento ha buscado alternativas para intentar combatir la situación, como actuar desde el punto de vista de las licencias, denegando al bar el permiso de cocina y el permiso de terraza. "Conocíamos perfectamente la situación y emitimos un informe negativo desde la Policía Local, porque esta cafetería generaba molestias", ha destacado la concejala.
El Ayuntamiento también está trabajando con los vecinos para impulsar intervenciones urbanísticas que favorezcan otros usos del Parc del Palau y su entorno. A nivel social, se han llevado a cabo diversas acciones como la presencia de serenos entre julio y octubre, programas de agentes cívicos diurnos de información y sensibilización, e intervenciones con los Espais Joves del servicio de Juventud para trabajar con los jóvenes de la zona.
Recogida de firmas
Los vecinos, según recoge La Vanguardia, han iniciado una recogida de firmas después de años soportando estos problemas, y las han entregado al grupo municipal de Vox, que las ha trasladado al Pleno municipal. Los residentes están hartos de los ruidos, la inseguridad y, según apuntan, las amenazas que han recibido por parte de los colectivos que se reúnen en el entorno del bar y del parque.
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